Ciudad de México,
Martín Olivera
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Ciudad de México busca prohibir el uso del colorante rojo número 3, también conocido como eritrosina, en productos alimenticios y farmacéuticos. Legisladores y organizaciones civiles advierten sobre los riesgos sanitarios vinculados a esta sustancia, ya prohibida en países como Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda.
Desde 1990, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) prohibió el rojo número 3 en cosméticos, ampliando la restricción a alimentos y medicamentos con plazos que culminan en enero de 2027 y 2028, respectivamente. En la Unión Europea, desde 2010, se exige una advertencia en productos que contienen este aditivo sobre sus posibles efectos adversos en la actividad y atención infantil.
En México, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) informó en enero de 2025 que se encuentra analizando los riesgos del colorante. De todas maneras, actualmente no existen restricciones ni advertencias obligatorias en el país. Según registros oficiales, el rojo 3 permanece presente en productos dirigidos a menores, como golosinas, helados, bebidas y medicamentos pediátricos.
Durante marzo de 2025, la organización "El Poder del Consumidor" pidió regular el uso de colorantes artificiales por sus posibles efectos adversos en la salud infantil. Entre los argumentos presentados, mencionaron estudios que asocian estos aditivos con hiperactividad y alteraciones neuroconductuales en menores.
Adriana María Guadalupe Espinosa de los Monteros García, diputada del Congreso de la Ciudad de México, presentó un punto de acuerdo para exhortar a Cofepris y la Agencia de Protección Sanitaria capitalina a evaluar e informar sobre los riesgos del rojo número 3. Durante su intervención, la legisladora advirtió que este aditivo "puede alterar la función tiroidea y afectar la producción de hormonas necesarias para el metabolismo y el crecimiento".
La FDA documentó que dosis elevadas de eritrosina se relacionaron con cáncer en ratas macho de laboratorio, hallazgo el cual motivó su prohibición bajo la Cláusula Delaney. Esta normativa impide el uso de cualquier aditivo que haya demostrado causar cáncer en humanos o animales, incluso si el riesgo para el consumo humano habitual no está plenamente demostrado.
Sarah Zou, dietista clínica del Centro Osher de Salud Integral de la University of Utah Health, señaló: "Los colorantes alimentarios sintéticos se utilizan para añadir o realzar el color, pero tienen un valor nutricional nulo y no afectan al sabor de los alimentos". Además, agregó: "Las pruebas de toxicidad han encontrado que algunos colorantes alimentarios sintéticos están contaminados con carcinógenos como la bencidina".
El colorante rojo 3 se utiliza en glaseados, caramelos, helados, leche saborizada, jarabes para la tos y comprimidos recubiertos, productos de uso frecuente entre la población infantil. Algunas empresas ya comenzaron a reemplazarlo por alternativas naturales como la betacianina, derivada de la remolacha roja, y la antocianina, presente en rábanos y boniatos morados.