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Ante la emergencia sanitaria y jornadas de distanciamiento social implementadas durante la cuarentena por COVID-19 en todo el mundo, científicos y especialistas en diversas áreas han expresado su preocupación por la efectividad de limitar el contacto social durante la evolución de la pandemia, así como el estudio sobre las personas que no siguen dichas iniciativas y continúan con sus actividades cotidianas. Según investigadores en los departamentos de comunicación y epidemiología de la Universidad de Stanford y la Universidad de Yale, un número elevado de personas no siguen el distanciamiento social en Estados Unidos, pese a la implementación de medidas preventivas de cuarentena luego del repunte en las curvas de contagio.
El estudio fue realizado por los especialistas Ryan Moore, Angela Lee, Jeffrey Hancock, Meghan Halley y Eleni Linose. Los resultados aparecieron en un reporte preliminar publicado por el repositorio digital medRxiv, del Laboratorio Cold Spring Harbor (CSH); a pesar de ello, aún no cuenta con la revisión peer-to-peer (entre iguales) para darle la validez completa entre la comunidad científica.
Según las cifras emitidas en el reporte, 20 mil 734 personas fueron encuestadas con preguntas sobre las medidas de cuarentena, distanciamiento y otras iniciativas para permanecer en casa durante la pandemia de COVID-19. El 39.8% de los encuestados no acataron la solicitud de distanciamiento social, incluso después de la declaración oficial por parte del gobierno estadounidense en los primeros días de marzo.
Entre las preocupaciones frecuentes de las personas que hicieron caso omiso a las recomendaciones de distanciamiento durante los primeros días de la cuarentena se encuentran factores asociados con la salud mental y fortaleza física. El 20.3% respondió tener preocupaciones sobre los efectos negativos del encierro y la falta de contacto con otras personas, como depresión y ansiedad; el 18.8% declaró que las medidas de higiene son suficientes; el 12.7% afirmó una reacción exagerada de la sociedad, y le restó importancia a la emergencia sanitaria, y el porcentaje restante partió de motivos recreativos con 4.8%, así como la necesidad de seguir actividades cotidianas, con 13.9%.
Asimismo, se llevaron a cabo análisis lingüísticos para una mejor comprensión de los motivos emocionales y lógicos de quienes optaron por no seguir el distanciamiento. La información recopilada muestra que las personas entre 18 y 31 años emplearon oraciones con énfasis en un sentido individualista, así como palabras recurrentes relacionadas con "ansiedad", "nervios", "perturbación"; por otro lado, las personas mayores de 65 emplearon un lenguaje que enfatiza la cuestión de fortaleza y sentido de colectividad.
Sin embargo, de las personas encuestadas, el 28.2% no ha podido permanecer en sus casas debido a cuestiones laborales. Desde jornaleros, repartidores y empleados de medio tiempo, con el temor de perder sus empleos, hasta personal de actividades esenciales en todos los sectores.
Cabe resaltar la importancia de continuar con los estudios de distanciamiento social y su necesidad operar con base en evidencia concreta, basada en pruebas y aplicaciones respectivas a sus situaciones geopolíticas. De acuerdo con los resultados presentados por los especialistas de Stanford y Yale, las 20 mil 734 respuestas en su estudio requieren de una revisión exhaustiva, pues los resultados aún no son definitivos, para comparar los datos entre distintos países, posiciones económicas, población general, personal de salud y otras actividades esenciales, obreros, y personas sin la posibilidad de llevar a cabo el distanciamiento implementado durante la cuarentena en en general.
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