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Diversos estudios han comprobado que el cambio climático y otras acciones provocadas directa o indirectamente por el ser humano afectan a las plantas de manera diferente de cómo se pensaba en un principio, ahora se conoce que las plantas no crecen más con el incremento de CO2, paralizan su crecimiento e incluso comienzan a comerse a sí mismas.
Es conocimiento general que las plantas obtienen oxígeno del dióxido de carbono por medio de fotosíntesis, por ello se pensó que más áreas verdes ayudarían a disminuir el CO2 atmosférico mientras se reducía el consumo de agua para el reino vegetal pues, a mayor CO2 la necesidad de agua es menor.
Sin embargo, un estudio de la Universidad de Basel en Suiza publicado por la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia (AAAS) halló que la transferencia de carbono de la atmósfera a la biosfera o 'secuestro de carbono' no es la mejor opción para las plantas. Un mayor consumo de dióxido de carbono obliga al crecimiento más rápido de lo normal lo que lleva a una esperanza de vida más corta y a afectar negativamente al suelo y biomasa.
Otro estudio realizado en conjunto por el Instituto de Ecología Social de Viena de la Universidad de Klagenfurt; la División de Conservación Biológica de la Universidad de Viena, y el Instituto de Botánica de la Universidad de Basel, demostró que incluso, los árboles que crecieron más rápido por el exceso de CO2 almacenan menos carbono comparado con bosques en áreas viejas de crecimiento lento.
El déficit en la presión de vapor atmosférico (VPD) es otro de los problemas para la vegetación en el planeta, según investigadores de distintas universidades. Desde la década de 1990, entre el 53 y el 64 por ciento de las áreas verdes a nivel global experimentaron el déficit.
Con el cambio de humedad o vapor en el ambiente, las plantas cierran sus estomas para reducir la pérdida de agua, provocando que el carbono no entre a las hojas e impidiendo la fotosíntesis, sin flujo de agua el tejido vegetal se seca y la planta comienza a morir. Los investigadores esperan que este problema sólo empeore en el tiempo por venir.
Recientemente, las sequías han aumentado, volviéndose muy común en nuestros tiempos al acercarse el día 0 para los seres del planeta. Un método realizado por las plantas para evitar la muerte en tiempos de sequía es la autofagia.
Datos de la Universidad de Agricultura de China encontraron que algunas plantas, en respuesta a estrés de frío o sequía, producen dehidrina: esta proteína promueve la degradación autofágica y reduce la conductividad hidráulica de la raíz.
Estas acciones ayudan a la planta a reducir proteínas no necesarias, evitar la pérdida de líquido y mejorar la tolerancia a la falta de agua en el ambiente.
Así, ahora los investigadores comprenden mejor los procesos del reino vegetal y el impacto del ser humano en ellas directa o indirectamente por el cambio climático que provoca las sequías y el incremento de dióxido de carbono en la atmósfera, así como el VPD.
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