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A raíz de la propagación de Covid-19 es que se ha atestiguado uno de los mayores desastres de la humanidad sin precedente alguno y las consecuencias mantienen a la población mundial en la espera de algún tratamiento médico que pueda frenar el virus. Sin embargo, expertos afirman que la principal problemática no es la efectividad de la cura o su mismo desarrollo, sino la distribución y la producción masiva del medicamento, eso pone en jaque al sector salud todos los países.
Los fabricantes de medicamentos enfrentan debilidades en la cadena de suministro y problemas de abastecimiento a medida que aumentan los complejos procesos de producción para satisfacer la demanda global. El mundo buscaba cualquier signo de esperanza para contrarrestar la pandemia de coronavirus justo cuando los investigadores lanzaron los primeros datos alentadores de un gran ensayo clínico del remdesivir antiviral el 29 de abril de 2020.
Según el informe, por parte del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID por sus siglas en inglés) de Estados Unidos el medicamento desarrollado por el laboratorio Gilead Sciences redujo el tiempo de recuperación de Covid-19 en unos pocos días, no lo suficiente como para ser calificado como una cura, pero con la esperanza para aliviar la presión sobre los abrumados sistemas de atención médica. El descubrimiento del potencial de remdesivir centró la atención en el próximo problema que enfrenta el desarrollo de la cura de Covid-19 y es aumentar los procesos de fabricación complejos con la intención de erradicar la pandemia global.
No obstante, es uno de los mayores desafíos de fabricación de fármacos que el mundo haya enfrentado: Algunos de los tratamientos probados son novedosos y difíciles de reproducir; otros incluso, que son compuestos relativamente simples, han estado en uso durante décadas, enfrentan complicaciones como las debilidades de la cadena de suministro a medida que los fabricantes de medicamentos intentan aumentar la producción.
Cuando las empresas trabajan de manera proactiva para generar insumos médicos, la demanda seguramente superará los suministros iniciales de cualquier compuesto que sea efectivo contra el Covid-19. Eso eleva el espectro de determinar quién será el primero en recibir los tratamientos. La compañía con sede en Foster City, California, Estados Unidos donó todas las unidades del medicamento con la intención de tratar a 78 mil personas en territorio estadounidense, pero muchos hospitales se han quejado por la falta de acceso al fármaco.
De igual manera, la compañía anunció recientemente haber firmado acuerdos con fabricantes de medicamentos genéricos sin pagar regalías, estos fabricantes pueden producir remdesivir para su distribución en 127 países que tienen acceso limitado a la atención médica. El acuerdo durará hasta finalizar la emergencia de salud mundial o se encuentre otro tratamiento o vacuna para contrarrestar el virus SARS-CoV-2.
Si bien, muchas empresas especializadas en desarrollar medicamentos como Gilead Sciences trabajan a marchas forzadas con la intención de encontrar la cura para el coronavirus, los científicos deben continuar con las investigaciones y trabajar en equipo con las organizaciones públicas y privadas a fin de encontrar una solución porque el problema no es la efectividad de la cura, sino la distribución y producción masiva de los medicamentos capaces de erradicar la pandemia.
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