Ciudad de México ,
Andrés Zimbrón
Crédito foto: Pixabay
Hay diferentes teorías sobre Covid-19, existen grupos de personas que consideran un invento de las autoridades a fin de tener a todos bajo control, otros creen en una estrategia con la intención de imponer un nuevo orden mundial. Mientras, los científicos trabajan para crear una vacuna contra el coronavirus, un pequeño pero ferviente movimiento antivacunación se está organizando en su contra.
Los activistas antivacunas dicen falsamente que las vacunas de Covid-19 se usarán para implementar microprocesadores en las personas. En medio de la pandemia, durante abril de 2020, algunos protestantes portaban pancartas con lemas contra las vacunas en manifestaciones en California, Estados Unidos. Recientemente, un video con más de 8 millones de reproducciones circulaba en YouTube, promoviendo la teoría conspirativa sobre la pandemia y afirmaba sin evidencia alguna que las vacunas matarían a millones.
Neil Johnson, físico de la Universidad de Washington, se ha mantenido estudiando las técnicas de los activistas y menciona, no se sabe con exactitud cuántas personas realmente rechazarían una vacuna con el tratamiento para erradicar la Covid-19. El apoyo en general se mantiene en pro de los estudios médicos con la intención de frenar la pandemia, pero algunos investigadores analizan los movimientos de oposición a las vacunas y les preocupan los mensajes negativos ante una posible cura.
"Los grupos que se oponen a las vacunas son pequeños, pero su estrategia de comunicación en redes sociales es preocupante, efectiva y de gran alcance. Antes de que surgiera la Covid-19. Nuestro equipo de investigadores comenzó a trazar una red de opiniones sobre la vacunación en Facebook, la investigación se llevó a cabo en más de mil 300 páginas seguidas por poco más de 85 millones de personas en todo el mundo", aseguró el físico.
Por otra parte, el informe también destaca que las páginas contra la vacunación son más pequeñas pero más numerosas y las páginas a favor de la vacunación se enfrascan en discusiones a través de redes sociales como Facebook, Twitter e incluso Instagram, por ejemplo, en las páginas asociadas a escuelas cuya postura sobre la vacunación es indeciso.
En el caso particular de México, el imaginario colectivo se mantiene sin creer en la veracidad de la propagación del virus y las complicaciones médicas provocadas por Covid-19, minimizando los riesgos haciendo caso omiso a las autoridades sanitarias, con argumentos basados en complejas teorías de rivalidad económica entre potencias hasta llegar a pensamientos de intereses políticos entre partidos locales en el país.
Además, las agresiones al personal médico en hospitales de México, el constante tránsito de personas en mercados, zonas públicas o mercados informales, donde las personas se mantienen acudiendo a comprar insumos de primera necesidad son las medidas preventivas básicas ante la emergencia sanitaria, convierten en un mito al coronavirus cuando la realidad es totalmente otra.
Muchos especialistas coinciden en que las redes sociales son un terreno fértil para desinformar y difundir notas falsas, verdades a medias, teorías irracionales de conspiración y cualquier tema relacionado con la pandemia. Este tipo de acciones son un producto de las personas con la intención de darle una respuesta al mundo ante lo desconocido. A pesar de esta situación, la mayoría de la gente se inclina por la vacuna a fin de erradicar el Covid-19 y contrarrestar la propagación del sentimiento erróneo antivacunas que se planea expandir por todo el mundo.