
Foto: Pexels
Un esguince de tobillo es una de las lesiones musculoesqueléticas más comunes, con cerca de 2 millones de casos anuales en Estados Unidos. En México, una tesis de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) menciona que el IMSS atiende anualmente más de 275,000 casos de esguince de tobillo en su primer nivel de atención, con el 9% ocurriendo como accidentes de trabajo o trayecto.
Ocurre cuando los ligamentos que estabilizan esta articulación se estiran o desgarran, lo cual puede suceder por una torsión o un mal apoyo del pie. Aunque muchos casos se resuelven sin complicaciones, hasta un 15% puede evolucionar hacia una inestabilidad crónica si no se trata adecuadamente.
Los esguinces pueden presentarse en tres zonas del tobillo: lateral (parte externa), medial (parte interna) y sindesmótica (parte superior). Según el Dr. Travis Hanson, cirujano de pie y tobillo en el Hospital Houston Methodist, el esguince lateral es el más frecuente y suele producirse cuando el tobillo se dobla sobre el pie. Los esguinces mediales y altos son menos comunes, pero potencialmente más graves y lentos de recuperar.
El tiempo de recuperación depende del grado de la lesión. Los esguinces de grado 1 pueden sanar en dos o tres semanas con cuidados en casa, mientras que los de grado 2 suelen requerir inmovilización temporal y fisioterapia, con una recuperación estimada de tres a seis semanas. En casos de grado 3, el daño ligamentoso es completo y, aunque raramente requieren cirugía, la recuperación puede extenderse más allá de seis semanas.
De acuerdo con el Dr. Hanson, forzar el tobillo lesionado o regresar prematuramente a la actividad física puede comprometer la cicatrización y aumentar el riesgo de recaídas. "Si los pacientes intentan simplemente aguantar el dolor y mantener ciertas actividades, como practicar deportes, a pesar de tener un esguince de tobillo, están sometiendo a esos ligamentos a una gran tensión mientras intentan sanar", señaló.
La inestabilidad crónica del tobillo surge cuando los ligamentos no se recuperan completamente y permanecen débiles, lo que puede conducir a esguinces repetidos, daño en el cartílago articular y desarrollo de artritis. Entre los factores que pueden afectar la recuperación se encuentran la edad, el uso de inmunosupresores, la calidad de los tejidos y la laxitud ligamentosa.
Entre varios tratamientos, lo que más se recomienda para esguinces leves es el método RICE: reposo, hielo, compresión y elevación. También pueden utilizarse medicamentos antiinflamatorios no esteroides como ibuprofeno o naproxeno para reducir el dolor y la inflamación.
Respecto a la prevención, el Dr. Hanson sugiere el uso de una tobillera durante actividades que impliquen riesgo, como deportes o caminar en terrenos irregulares. Además, recomienda fortalecer los músculos del tobillo mediante ejercicios como elevaciones de pantorrillas, equilibrio sobre una pierna y el uso progresivo de bandas de resistencia. Aunque los ligamentos no se pueden fortalecer directamente, los músculos que los rodean cumplen una función clave en la estabilización articular.
En caso de presentar síntomas persistentes o dificultad para caminar después de uno o dos días de reposo, se recomienda acudir a un profesional de la salud. Tratar adecuadamente un esguince de tobillo no solo reduce el dolor a corto plazo, sino que también puede prevenir lesiones más complejas a futuro.
DESCARGA LA NOTA SÍGUENOS EN GOOGLE NEWS