Estudio sugiere que el trastorno delirante podría tratarse sin medicación crónica

 16-06-2025
Judith Moreno
   
Foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)

Foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)

El tratamiento del trastorno delirante continúa siendo una de las áreas menos exploradas dentro de la psiquiatría clínica, debido a la escasa evidencia basada en estudios aleatorizados. Sin embargo, recientes hallazgos publicados en Neuropsychiatric Investigation (2023) aportan datos clínicos relevantes sobre el uso de risperidona en pacientes diagnosticados con esta condición. El caso documentado muestra una mejora sostenida tras la administración del antipsicótico durante un periodo determinado, sin necesidad de prolongar su uso indefinidamente.

Por otro lado, este avance resulta significativo, dado que el trastorno se caracteriza por la presencia persistente de una idea delirante sin otros síntomas psicóticos notables. A diferencia de cuadros como la esquizofrenia, estos pacientes pueden mantener un funcionamiento social aceptable, hecho que a menudo retrasa la detección y el inicio de tratamiento. La doctora Biaris Rodríguez, en declaraciones durante su participación en "Entérate, Salud es Vida", destacó la importancia de reconocer este tipo de manifestaciones clínicas, subrayando cómo muchos pacientes logran sostener una vida cotidiana estable fuera del contexto del delirio.

Así, el informe clínico de 2023 señala que el paciente tratado con risperidona presentó una reducción clara de la intensidad del delirio. El tratamiento fue interrumpido luego de alcanzar estabilización clínica, sin que se observaran recaídas durante el periodo de seguimiento. Esta evidencia, aunque limitada a un caso, respalda la posibilidad de aplicar esquemas terapéuticos con duración finita, ajustados al perfil de cada paciente.

También, el estudio enfatiza la necesidad de abordar estos cuadros de forma individualizada, evaluando los factores psicosociales implicados y la tolerancia del paciente al fármaco. Rodríguez ha insistido en que la continuidad terapéutica resulta esencial para lograr resultados sostenibles. En su experiencia, los retrocesos suelen aparecer cuando el paciente interrumpe el tratamiento antes de consolidar una percepción más realista sobre su entorno.

A pesar de los datos prometedores, el artículo también subraya que aún se requiere una base más amplia de evidencia empírica. El diseño de estudios controlados y con mayor número de participantes podría permitir la formulación de recomendaciones más robustas en el futuro. Mientras tanto, los profesionales deben tomar decisiones fundamentadas en la evolución clínica de cada caso.

Finalmente, el uso de antipsicóticos en el trastorno delirante debe acompañarse de vigilancia psiquiátrica constante. El enfoque farmacológico se complementa con intervenciones psicoterapéuticas de apoyo, las cuales permiten al paciente desarrollar mecanismos para cuestionar sus creencias, sin desencadenar respuestas defensivas. Esta combinación fue clave para el éxito del tratamiento descrito en el estudio mencionado.




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