Ciudad de México ,
Andrés Zimbrón
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Millones de hogares en todo el mundo dependen de electrodomésticos que funcionan con gas, ya sea para calefacción o cocina, eso no solo representa una amenaza en la acción climática sino también para la salud humana. Un estudio hecho por el Instituto Rocky Mountain (IRM) de Estados Unidos demostró que cocinar con gas expone aproximadamente a 12 millones de estadounidenses en California a ciertos niveles de contaminantes superando los estándares de aire libre en la ciudad.
Por esta razón, los investigadores encontraron en los contaminantes liberados por las estufas de gas pueden tener efectos negativos para la salud y, en muchas ocasiones, complica los problemas respiratorios como el asma, volviendo las concentraciones en el interior de los hogares mucho más altas que en el ambiente. La Agencia Estatal de Protección Ambiental (EPA por sus siglas en inglés) no ha tomado cartas en el asunto, por tanto, este informe publicado por el IRM destaca los datos con la intención de encontrar los puntos clave sobre la relación existente entre las estufas de gas y la contaminación dentro de los hogares.
La institución con sede en Colorado, Estados Unidos, encontró una similitud entre la contaminación del aire y la mala salud. El informe resaltó afecciones en las vías respiratorias en niños y adultos; encima, cualquier persona que pase un tiempo prolongado en las estufas o calefacciones puede producir un impacto negativo a la salud. Cabe señalar, cocinar alimentos, independientemente del tipo de estufa, produce ciertos contaminantes al momento de separar las emisiones de gases como dióxido de carbono (CO2) o monóxido de carbono (CO) generadas por la combustión.
A raíz de esa situación, los niveles de dióxido de carbono son más altos en hogares que cocinan con gas en lugar de electricidad. Cocinar en estufas de gas por varias horas puede aumentar el riesgo de haber más probabilidades de emitir niveles elevados de monóxido de carbono. Incluso pequeños lapsos en una exposición al dióxido de carbono puede aumentar los riesgos de asma en las personas. El dióxido de carbono también empeora las enfermedades pulmonares y está relacionada con problemas cardíacos, diabetes y cáncer. La intoxicación de CO2 y CO produce dolor de cabeza, náuseas, taquicardias, infartos o la muerte.
Hasta el momento la mayoría de las personas utiliza como fuente de energía el gas, pero es importante recalcar que no es la mejor solución para cocinar o tener una fuente de energía segura, pues los accidentes son comunes con este tipo de combustible fósil, no obstante, existen alternativas con la intención de sustituir un compuesto químico que puede afectar la salud de las personas y al medio ambiente.