Foto: Vadim Sherbakov vía Unsplash
A causa del coronavirus, la vida de miles de personas cambió drásticamente ante la necesidad de adaptar todo tipo de actividades y rutinas domésticas al contexto de a emergencia sanitaria. Sin embargo, es probablemente algunas de estas nuevas costumbres permanezcan una vez terminada la pandemia, de acuerdo con un informe titulado "La vida después del Covid-19: En el hogar" de la empresa Allianz Partners. En dicho informe, el escritor y futurólogo Ray Hammond colaboró analizando y previendo las posibles tendencias en la nueva normalidad. Principalmente, la pandemia ha representado un periodo de transformación y redefinición los hogares del futuro y, asegura Hammond, estos ya no serán sólo un lugar para pasar solo los fines de semana, sino una fortaleza para las familias.
Por ejemplo, para muchas personas el hogar se ha convertido en un centro laboral: En la época postcovid trabajar de manera remota es un imperativo de seguridad e higiene para todos los empleos que lo permitan. Gracias a aplicaciones como Zoom, Skype, entre otros, se ha hecho posible colaborar de forma remota y gestionar proyectos a distancia. Lo mismo en cuanto a los espacios educativos, pues el confinamiento igualmente deja a muchos estudiantes en casa.
Gracias a la telemedicina y la telefarmacia, los hogares se han vuelto un espacio para la consulta y la atención médica. Algunas familias se acostumbraron a la atención médica remota y probablemente estas prefieran seguir usando su hogar para cuidar de los mayores de edad u otros individuos vulnerables de la familia, de tal manera que estos puedan ser atendidos con toda comodidad y sin ponerlos en riesgo.
Hammond asegura además que, de la mano con la digitalización y el avance del Internet de las Cosas, el hogar se convertirá en una fortaleza digital de dispositivos y servicios conectados en una infraestructura de red. Asimismo esto permitirá proveer aún mejores herramientas para las actividades de oficina, educativas, médicas y de entretenimiento que se hagan en casa.
No obstante, esta visión se ve contrapuesta por obstáculos concretos. Por una parte, en relación al entorno laboral, la firma mexicana Vestiga Consultores en su Estudio Nacional de Factores de Impacto en las Empresas Mexicanas indicó, 8 de cada 10 compañías mexicanas se han visto afectadas negativamente por la pandemia y, ante tal situación adversa, han debido tomar diversas medidas para mitigarla.
Por ejemplo, el 43% de ellas suspendieron inversiones en infraestructura tecnológica, 38% minimizó gastos en mantenimiento, 32% redujo salarios, canceló aumentos y nuevas contrataciones, y 25% hizo recorte de personal. Asimismo cifras del Inegi indican se han perdido hasta el momento más de 12 millones de empleos tanto formales como informales en México, por lo que el panorama laboral aún parece incierto.
Por otra parte, en cuanto a la educación, una importante cantidad de personas en México no posee los recursos mínimos para tomar una clase en línea. Cifras de la Encuesta Nacional del Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares indican, un 48% de la población mexicana no tiene acceso a internet en su casa ni a una computadora; son en total 34 millones de personas. Situación comprobada en cifras de la SEP que informó durante la cuarentena el 45% de los estudiantes de educación básica perdieron contacto con el programa educativo.
Viendo tantos problemas de orden práctico por resolver, otros importante siendo los de ciberseguridad y salud mental, parece difícil separar lo que es especulación de tendencias reales en cuanto al hogar en la nueva normalidad. Pero sin duda, desempeñará un lugar privilegiado en las actividades educativas, médicas y empresariales del futuro.
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