Ciudad de México,
Fernanda Martínez
Crédito foto: Sergio Cara (NotiPress)
Con más de 267 millones de casos en dos años, el SARS-CoV-2 ha tenido cerca de nueve mutaciones. El 25 de noviembre la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció la existencia de una nueva variante llamada ómicron. Hasta el momento, se han registrado mil 685 casos confirmados de ómicron y siete muertes relacionadas con la variante, de acuerdo con la Unión Europea.
Mayo Clinic explicó al equipo de NotiPress que las mutaciones se dan porque dentro de cada huésped, a medida que el virus se propaga, el genoma viral cambia. Esta alteración genética puede afectar la facilidad de propagación del virus, la gravedad del Covid-19 una vez infectada la persona o el nivel de inmunidad obtenida de una vacuna o una infección previa. Pero los cambios más preocupantes se rastrean conforme se vuelven más prominentes en diferentes regiones geográficas del mundo.
En el caso del Covid-19, el virus almacena su código genético como ARN y prioriza la velocidad de copia sobre la precisión. De esa forma aumenta las posibilidades de que las mutaciones pueden aparecer en cada ronda de replicación. Si los errores modifican el virus de forma que lo ayudan a propagarse o a infectar células, pueden dar lugar a una nueva cepa.
Las mutaciones en el genoma viral, especialmente en las instrucciones de la proteína de la espícula, las cuales ayudan al Covid-19 a infectar células, pueden dar como resultado una partícula del virus que es mejor para evitar el sistema inmune, resistente a tratamientos farmacológicos anteriores o capaz de infectar células con mayor eficacia. Por lo que eventualmente, si no se toman precauciones, una variedad de partículas virales se propagará al siguiente huésped, donde el virus volverá a intentarlo.
Por su parte, el doctor Andrew Badley, especialista en enfermedades infecciosas de Mayo Clinic, señaló que es esencial detectar y recopilar información sobre estas mutaciones. Así como evaluar su impacto en la eficacia con la que se propaga el virus, cómo enferma a las personas y si las nuevas variantes se resisten a los tratamientos actuales y a las terapias experimentales. Sin embargo, no todas las mutaciones preocupan a los científicos porque algunas aparecen y luego desaparecen si no ayudan a la propagación del virus.
Como parte de la respuesta inmune, el cuerpo produce una variedad de anticuerpos que se unen a una pequeña porción de proteína viral. Si el virus muta, la proteína producida a partir de esas instrucciones podría cambiar lo suficiente como para que el anticuerpo no se pueda unir a él o se una con menos fuerza. Y eso, de acuerdo con el doctor Badley, podría reducir o anular los efectos beneficiosos de los tratamientos dependendientes en gran medida de los anticuerpos, los tratamientos con anticuerpos monoclonales e incluso la vacunación.
Los efectos conocidos de las variantes son un aumento potencial en la transmisibilidad del virus, incluso hasta el punto de la reinfección de aquellas personas vacunadas o que se han recuperado de una infección previa por Covid19. Las nuevas variantes, a comparación de las anteriores, pueden aumentar los casos de hospitalización y muerte o infectar a personas más jóvenes o mayores. También pueden requerir pruebas adicionales incluida la secuenciación del genoma viral con mayor frecuencia para mantener la vigilancia de las variantes y garantizar que las pruebas de diagnóstico actuales sigan siendo precisas.
Mayo Clinic señaló la importancia de seguir todas las recomendaciones sobre el uso de mascarilla, el distanciamiento social y el lavado de manos. Así como la administración de la vacuna contra COVID-19, porque de esa forma se tendrá múltiples capas de protección para mantenerse a salvo.