
Foto: Sergio F Cara (NotiPress)
Desde enero de 2022, más de 173 millones de aves han sido afectadas por influenza aviar altamente patógena (HPAI) en Estados Unidos. A pesar de este panorama, altos funcionarios federales como el Secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert Kennedy Jr. y la Secretaria del Departamento de Agricultura, Brooke Rollins, han sugerido permitir que el virus se propague libremente para identificar aves naturalmente resistentes.
Según Sorrell et al., esta medida podría prolongar la exposición de los trabajadores agrícolas y aumentar las probabilidades de adaptación viral. Además, advierten sobre el riesgo de que el virus genere reservorios de infección a largo plazo, elevando la posibilidad de una pandemia que afecte la salud pública mundial. Frente a esta situación, México suspendió importaciones avícolas por gripe aviar. "Permitir que un virus altamente letal, de rápida evolución y contagioso siga su curso natural pondría en riesgo a otros animales en y cerca de las granjas afectadas", afirmaron los autores.
El artículo destaca también las posibles consecuencias económicas para la industria avícola y de huevos, fundamentalmente para la dieta proteica de los estadounidenses, sufriendo caídas en la producción, incremento de precios y restricciones comerciales internacionales. Estas pérdidas podrían alcanzar miles de millones de dólares y golpear con más fuerza a las comunidades rurales involucradas en la cadena productiva y de transporte, aseguran.
Como alternativa, Sorrell y su equipo proponen reforzar la vigilancia sanitaria, mejorar la respuesta ante brotes y utilizar herramientas científicas actualizadas. "Estados Unidos no está preparado para la propagación descontrolada del H5 en especies aviares, y menos aún en huéspedes mamíferos o humanos", señalaron. La propuesta actual, concluyen, debería ser reemplazada por medidas colaborativas basadas en ciencia aplicada y acción en tiempo real.
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