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La acupuntura, una de las prácticas más representativas de la medicina tradicional china, continúa ganando relevancia como alternativa terapéutica para tratar el dolor crónico y afecciones emocionales. Basada en la inserción de agujas delgadas en puntos específicos del cuerpo, esta técnica busca restablecer el flujo del qi, o energía vital, sin necesidad de fármacos ni intervenciones invasivas.
Según la médica del Hospital Houston Methodist, Dra. Linda Pearson, especialista en tratamiento del dolor y acupunturista certificada, "el Qi es algo con lo que todos nacemos y que viaja en un patrón circular por todo el cuerpo". Según la medicina oriental, cuando este circuito energético se interrumpe, pueden aparecer síntomas físicos o emocionales. En este contexto, la acupuntura se enfoca en reestablecer ese flujo y restaurar el equilibrio interno.
"El objetivo de los tratamientos de la medicina oriental, como la acupuntura, es restablecer el flujo fluido del qi en el cuerpo", señaló la Dra. Pearson. Esta visión difiere de la medicina occidental, que suele concentrarse en tratar síntomas específicos en lugar de abordar la causa raíz del desequilibrio.
Durante una sesión de acupuntura, los profesionales analizan factores externos como la lengua, el rostro y el pulso del paciente para elaborar un diagnóstico. Posteriormente, colocan entre cinco y veinte agujas en puntos relacionados con canales energéticos del cuerpo. Estos canales, explicó Pearson, "están asociados con órganos específicos, pero no necesariamente se corresponden anatómicamente".
Además del método tradicional, se emplean variantes como la electroacupuntura, que consiste en aplicar una corriente eléctrica suave a las agujas. Según Pearson, "las diferentes frecuencias (Hz) de electricidad... corresponden a diferentes sustancias químicas que se liberan en el cuerpo para calmar y aliviar el dolor". Estas técnicas modernas, asegura, permiten conectar de forma más eficiente la energía entre los nervios y los músculos.
La acupuntura también se diferencia de la punción seca, tratamiento con agujas enfocado en liberar puntos gatillo musculares. Mientras que esta última busca aliviar contracciones específicas, "con la acupuntura, conectamos nuestros haces nerviosos y musculares, también conocidos como puntos de acupuntura, para activar nuestro circuito eléctrico y repararlo", explicó Pearson.
En Estados Unidos, este tratamiento es utilizado mayormente para aliviar el dolor de espalda, cuello y articulaciones. Medicare cubre hasta 12 sesiones de acupuntura en un período de 90 días para tratar el dolor lumbar crónico. No obstante, Pearson indica que "puede ayudar con prácticamente cualquier dolencia, desde dejar de fumar hasta reducir el apetito para promover la pérdida de peso".
Dentro de los beneficios reportados se incluyen mejorías en casos de ansiedad, insomnio, fibromialgia, migrañas y estreñimiento crónico. Sobre los efectos inmediatos, Pearson destacó: "Después de una sesión de acupuntura, los pacientes tienden a sentirse despejados, relajados y, a veces, incluso cansados".
Respecto a la percepción del dolor, la especialista aclaró que "la acupuntura no está diseñada para ser dolorosa". Las agujas utilizadas son "estériles, sólidas, desechables y del tamaño de un cabello". En algunos casos, los pacientes pueden experimentar una leve sensación de hormigueo, conocida como de qi, la cual indica el inicio del proceso de curación, agregó.
En términos de seguridad, Pearson aseguró que "la acupuntura suele ser segura y bien tolerada, con relativamente pocas complicaciones", siempre que sea realizada por profesionales certificados. Aunque poco frecuentes, los efectos secundarios pueden incluir hematomas o irritación nerviosa leve".
Finalmente, Pearson subrayó que no es necesario presentar síntomas para recibir tratamiento. "Podemos ofrecer tratamientos de mantenimiento y elaborar un plan de tratamiento para casi cualquier problema. Si pudiera o tuviera tiempo, trataría a todo el mundo con acupuntura", afirmó.
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