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Los chalecos lastrados pasaron de ser un accesorio de nicho a convertirse en parte visible de entrenamientos en calles y gimnasios. Caminantes y corredores los incorporan para intensificar el esfuerzo, y especialistas en medicina deportiva analizan cómo impactan en la salud y el rendimiento físico.
En opinión del Dr. Vijay Jotwani, médico deportivo del Hospital Houston Methodist, "sin duda los veo por todas partes, así que no me sorprende que la gente empiece a preguntar por ellos". El especialista destacó que el interés se centra en mejorar la quema de calorías, la resistencia y la fortaleza ósea.
Añadir peso extra al cuerpo eleva la exigencia del ejercicio. "Si quieres quemar más calorías durante un entrenamiento, tienes que aumentar la intensidad, y usar un chaleco lastrado es una buena manera de lograrlo", explicó Jotwani. Sin embargo, descartó que pueda reemplazar el tiempo de actividad: "No diría que permite reducir significativamente la duración del entrenamiento". Su recomendación es aplicarlo como refuerzo gradual en programas de ejercicio.
El médico también señaló su posible aporte a la salud ósea en pacientes con condiciones específicas. "Siempre que tratamos la osteopenia o la osteoporosis, se trata de ejercicios con pesas", indicó. Aunque advirtió que no existe evidencia definitiva de superioridad frente a caminar sin peso, aseguró que "sin duda puede ser una herramienta útil en un programa de ejercicios con pesas".
Sobre la resistencia cardiovascular, los chalecos permiten mayor intensidad en entrenamientos de velocidad. "Si quieres ser más rápido, correr con un chaleco lastrado podría ayudarte con tu trabajo de velocidad", precisó Jotwani. Agregó que al retirarlo "te sientes mucho más ligero; puedes ir un poco más rápido, si ese es tu objetivo".
Respecto a quiénes deberían evitarlos, el especialista no descartó perfiles, aunque recomendó precaución a quienes inician actividad física. "Deberías empezar a caminar sin chaleco lastrado antes de añadirlo", aconsejó. Recalcó que la constancia inicial es prioritaria antes de incrementar el esfuerzo.
El mercado ofrece chalecos con pesos que van desde 2,2 hasta 18 kilogramos. Según el médico, lo adecuado es avanzar de manera progresiva dentro de este rango. No obstante, advirtió sobre el uso en climas cálidos: "Me preocupa un poco la pérdida de la capacidad para disipar el calor". Enfatizó que esta condición puede aumentar el riesgo de enfermedades relacionadas con la temperatura corporal, por lo cual la hidratación y las pausas son esenciales.
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