Foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada ocho personas en el mundo padece un trastorno mental, pero la mayoría de las personas carecen de acceso a una atención eficaz. En este sentido, los pensamientos negativos que incurren en la vida cotidiana podrían ser sobrellevados de una manera muy eficiente, la cual permitiría recurrir con menos frecuencia a conductas poco útiles. Harvard revela por qué la terapia cognitivo conductual (TCC) ayuda a mejorar el estado anímico en una situación difícil.
Esta terapia ha demostrado ser muy efectiva para tratar problemas de salud mental como depresión, ansiedad y otras afecciones de salud mental. También funciona para gestionar la vida de personas con experiencias difíciles, como divorcios, pérdidas o problemas de pareja. Además, la TCC puede ayudar a manejar problemas de insomnio, dolor crónico y otros padecimientos no psiquiátricos.
La terapia cognitivo conductual se caracteriza por abordar los problemas de salud mental desde un punto de vista amplio, el cual analiza no solo una, sino varias causas subyacentes. Entre ellas factores biológicos o genéticos, problemas psicológicos (pensamientos, sensaciones físicas y comportamientos) y factores sociales (entorno y relaciones).
Según afirma la psicóloga Jennifer Burbridge, subdirectora del Programa de Terapia Cognitivo Conductual del Hospital General de Massachusetts, afiliado a Harvard, la TCC ayuda a las personas a través del desarrollo de habilidades para manejar las emociones. La especialista afirma que las emociones tienen tres componentes:
- Pensamientos (lo que nos decimos a nosotros mismos)
- Sensaciones físicas (lo que uno siente en su cuerpo cuando vive una experiencia)
- El comportamiento (las cosas que se hacen o no se hacen)
De acuerdo al programa, este tipo de terapia tiene una duración a corto plazo y está orientada a objetivos claros. Los terapeutas trabajan con el paciente para reconocer ciertos patrones de pensamiento, los cuales se asocian a la ansiedad o la depresión y que pueden activarse en algún momento del día.
Somos criaturas cognitivas con grandes lóbulos frontales que nos ayudan a analizar situaciones y resolver problemas. Eso es útil en algunas situaciones. Pero en otras ocasiones, cuando intentas controlar tus emociones, puede ser mejor hacer una pausa, reconocer y aceptar su malestar", afirma Burbridge.
Una de las herramientas utilizadas durante la terapia es la exposición. "La gente evita cosas que la ponen nerviosa o asustada, lo cual refuerza el miedo", dice Burbridge. Exponerse a un miedo es una forma de desarrollar un patrón de pensamiento más adaptativo, lo cual aumenta la confianza en el paciente para afrontar mejor el futuro.
La terapia cognitivo conductual muestra ser eficaz en la salud mental. De hecho, los especialistas de Harvard afirman que es perfectamente aplicable a pacientes de todas las edades, desde niños hasta ancianos. Asimismo, la TCC puede ayudar a personas con problemas de salud mental como trastornos alimenticios o abuso de sustancias, además de pacientes con una variada gama de enfermedades como cáncer, epilepsia, VIH, diabetes y enfermedades cardíacas.
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