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El trastorno dismórfico corporal es considerado un problema de salud mental, donde los defectos percibidos de la apariencia física ocasionan ansiedad. Este tipo de dismorfia tiene como principal síntoma la atención obsesiva en la imagen, según señalan expertos de la salud. Además, dicho padecimiento puede llegar a impedir que el individuo se relacione de manera normal socialmente al sentirse extremadamente nervioso y vulnerable con su aspecto.
Padecer dismorfia corporal contribuye a una baja autoestima, ya que el trastorno distorsiona completamente la realidad y hace sentir a quien lo padece que los demás se burlan constantemente de él. De la misma forma, quienes viven con esta afección comparan compulsivamente su físico con el de los otros.
Estadísticas marcan que una de cada 50 personas tienen tendencia a padecer esta afección mental, de acuerdo con datos de la Anxiety and Depression Association of America. Bajo este contexto, tanto hombres como mujeres tienen las mismas probabilidades de sufrir el trastorno dismórfico corporal.
Inclusive, existen aquellos quienes padecen esta enfermedad y recurren a intervenciones estéticas para tratar de corregir el factor que les desencadena la ansiedad. No obstante, según especialistas del área de la salud mental, después de una satisfacción temporal, la mayoría de los pacientes regresan a sentir angustia y buscan otras maneras de "arreglar" su defecto percibido.
Todos aquellos que se quieren recuperar de esta enfermedad, deberán acudir a terapia cognitiva conductual para evitar desarrollar depresión e inclusive pensamientos suicidas. De acuerdo con médicos, las características más comunes con las que la gente suele desarrollar obsesión son el peso, la estatura, musculatura, apariencia de la piel, genitales y rostro.
Las causas por las cuales un ser humano podría desarrollar este trastorno son múltiples y van desde antecedentes familiares, hasta experiencias negativas en la comunidad sobre el cuerpo y la imagen propia, por ejemplo, burlas durante la infancia y abusos. Igualmente podría originarse por anomalías en el cerebro, pero el porcentaje de este factor en considerablemente bajo. Las expectativas de belleza impuestas en la sociedad también aportan a que una gran cantidad de personas padezcan esta condición, al tratar de cumplir con los cánones estéticos establecidos.
Hasta ahora no existe un método de prevención como tal, pero el trastorno dismórfico corporal comúnmente comienza a presentarse durante la adolescencia. Es por ello que expertos de la salud mental recomiendan a padres de familia permanecer alertas para identificarlo de forma temprana, comenzar el tratamiento oportunamente y evitar este incremente en la adultez.
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