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El cáncer es una de las principales causas de muerte en el mundo, con casi 10 millones de decesos en 2020, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). No obstante, muchos cánceres son curables con una detección temprana que permita un tratamiento oportuno para el paciente. Pese a esto, para muchos pacientes las consecuencias del cáncer no terminan cuando les dan el alta médica. De acuerdo a un informe de la Sociedad Americana Contra el Cáncer, una cantidad importante de pacientes recuperados reporta continuar con trastornos de sueño y ansiedad.
Según publican en la revista Sleep medicine, 51% de pacientes encuestados reportan la ocurrencia de trastornos del sueño durante el mes previo a la encuesta. Las encuestas se realizaron entre pacientes recuperados de cáncer, como el de mama o el de próstata, nueve años antes del estudio. Los resultados sugieren que los efectos residuales del cáncer pueden continuar afectando negativamente el sueño tras la recuperación. Se observó igualmente una mayor propensión a la angustia física y emocional entre esta categoría de enfermos.
También resalta que quienes dormían mal tenían probabilidades de tener dificultades económicas, expresando preocupación por su situación financiera y temor a la recurrencia del cáncer. Diferentes investigaciones señalan la preocupación económica cómo algo común en pacientes con cáncer, según un estudio publicado en el Journal of the National Comprehensive Cancer Network. Allí se señala que la carga financiera es recurrente y afecta de manera desproporcionada a los pacientes con cáncer más jóvenes y en desventaja económica.
Los trastornos del sueño se consideran factores de diversas enfermedades cardiovasculares, como hipertensión, infartos, insuficiencia cardiaca y fibrilación auricular. También se asocia con un aumento del riesgo de muerte prematura y enfermedades como la diabetes, obesidad y síndrome metabólico. Además genera alteraciones conductuales, psicológicas y fisiológicas y algunos signos incluyen somnolencia excesiva, bostezos, irritabilidad y fatiga.
Para atender este problema es importante que los pacientes recuperados de cáncer consulten a su médico para identificar el tratamiento o combinación de tratamientos adecuados para el caso. Uno de los más efectivos es la terapia cognitiva conductual para el insomnio, recomendada por la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño y sugerida por el Colegio Estadounidense de Médicos. En lugar de enmascarar los síntomas, esta terapia se enfoca en los comportamientos y pensamientos problemáticos causantes del mal dormir de una persona.
Adolecer trastornos del sueño y ansiedad es común en pacientes recuperados de cáncer, por lo que es importante tenerlo en cuenta y dar seguimiento al problema con un médico de confianza. Actualmente existen distintos tratamientos para el insomnio y la ansiedad, entre ellos la terapia cognitiva conductual, además de más facilidades de acceso gracias al auge de la telemedicina en la nueva normalidad.
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