Ciudad de México,
Jorge Cerino
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Los sistemas electrónicos de administración de nicotina, también conocidos como vapeadores o cigarrillos electrónicos, han tomado relevancia en años recientes para la política de salud del gobierno mexicano. Según la Organización Mundial de la Salud, estos dispositivos generalmente contienen nicotina y otras sustancias tóxicas nocivas para usuarios y las personas expuestas a los aerosoles del vapeador. Respecto a su potencial adictivo, señala que la nicotina es altamente adictiva y su consumo en menores, a través de vapeadores, duplica sus posibilidades de comenzar a fumar cigarrillos de tabaco.
En este sentido, la Asociación Estadounidense del Pulmón señala que estos dispositivos son la forma de tabaco más consumida entre menores y considera este hecho una epidemia. Asimismo, la Universidad Johns Hopkins aclara: "los cigarrillos electrónicos son tan adictivos como los tradicionales" y cita investigaciones donde se considera a la nicotina tan adictiva como la heroína y la cocaína.
Adicionalmente, la universidad advierte que incluso podrían generar mayor adicción, pues los usuarios pueden adquirir cartuchos extra fuertes para el vapeador, con cantidades de nicotina superiores a las de un cigarro convencional. Pese a su promoción como una herramienta para dejar de fumar, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) no reconoce estos dispositivos como un tratamiento adecuado. Además, advierte la universidad, varios estudios señalan del potencial de una doble adición si se usa este producto con este fin.
La Asociación Estadounidense del Pulmón, en términos de consecuencias para la salud, menciona un estudio reciente de la Universidad de Carolina del Norte. Éste asegura que inhalar los dos ingredientes principales de los vapeadores, propilenglicol y glicerina vegetal, aún en pequeñas dosis, expone a los usuarios a un nivel elevado de toxinas. Aunque aún se desconocen las consecuencias de su uso a mediano y largo plazo, la asociación se manifiesta preocupada por lo observado hasta ahora, incluyendo daños pulmonares irreversibles y enfermedades pulmonares por la inhalación de productos químicos nocivos.
Desde el comienzo de la pandemia de Covid-19, el gobierno mexicano ha redoblado esfuerzos para desincentivar el uso de vapeadores, prohibiendo actualmente su importación, exportación, y circulación con fines comerciales. En la conferencia de prensa matutina del 25 de abril también destacó que en México 1.7 millones de personas consumen cigarros electrónicos, de los cuales 24 por ciento son niños y niñas de 10 a 19 años.
Pese a su promoción como una alternativa saludable a los productos de tabaco tradicionales, los especialistas en salud advierten de las consecuencias dañinas del vapeador, por su contenido de sustancias nocivas. Adicionalmente, el cigarrillo electrónico puede resultar tan adictivo como uno convencional, o más, por la disponibilidad de cartuchos con un contenido mayor de nicotina.