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Una investigación reciente en California identificó que 16 de 17 casos positivos por nuevas sustancias psicoactivas (NPS, por sus siglas en inglés). Dicho hallazgo se encontró en víctimas de accidentes viales quienes presentaban también otros compuestos recreativos en sus organismos. El hallazgo forma parte de un estudio publicado recientemente en Frontiers in Toxicology, liderado por científicos de las universidades de California en San Francisco y Davis.
Durante el primer semestre de 2024, se analizaron muestras de sangre de mil pacientes adultos atendidos en servicios de emergencia tras accidentes en las ciudades de Sacramento y Los Ángeles. La metodología empleada incluyó espectrometría de masas de alta resolución, con el objetivo de detectar una amplia gama de compuestos no incluidos en los exámenes tradicionales de drogas.
Se confirmó la presencia de NPS en 17 pacientes, lo que representa el 1.7% de los casos. En 15 de ellos se identificaron simultáneamente otras drogas de uso recreativo. Fentanilo y metanfetamina fueron las más recurrentes, con nueve casos cada una, seguidas por delta-9-THC y cocaína. Además, se detectaron precursores químicos como 4-ANPP y adulterantes como lidocaína o quinina en varias muestras.
Los investigadores observaron que la detección conjunta de NPS y drogas tradicionales puede explicarse por la adulteración de productos del mercado ilegal o por uso intencionado de múltiples clases farmacológicas. En este sentido, la combinación de depresores y estimulantes resultó frecuente: nueve casos incluían al menos un compuesto de cada tipo.
Roy Gerona, coautor del estudio y profesor en la Universidad de California en San Francisco, señaló: "El hallazgo de NPS como bromazolam y para-fluorofentanyl junto con sustancias comunes como fentanilo, metanfetamina y cocaína en nuestra cohorte sugiere adulteración o uso intencionado simultáneo de varias clases de drogas".
De las sustancias identificadas, bromazolam fue la más detectada entre las NPS. Este compuesto, clasificado como una benzodiazepina de diseño, estuvo presente en siete casos. Para-fluorofentanilo y mitraginina también mostraron una frecuencia relevante en los análisis realizados.
El estudio también documentó la cuantificación de los niveles séricos de estas sustancias. Las concentraciones de bromazolam oscilaron entre 0.22 y 26.59 ng/mL. En el caso del para-fluorofentanilo, los niveles estuvieron entre 0.28 y 2.02 ng/mL. Dichos valores resultaron inferiores a los reportados en casos de sobredosis, según datos previos del programa DEA TOX de la Administración para el Control de Drogas de EE. UU.
James Alan Chenoweth, investigador principal y profesor de la Universidad de California en Davis, advirtió que ciertos opioides sintéticos detectados pueden generar efectos sedantes significativos. En su opinión, compuestos como el protonitazeno requieren especial atención debido a su elevada potencia. "Protonitazene es 130 veces más potente que la morfina e incluso más que el fentanilo", afirmó.
Los autores del estudio sostienen que la identificación de múltiples sustancias en estos casos destaca la complejidad del policonsumo en accidentes viales. Señalan también la necesidad de incorporar tecnologías avanzadas en pruebas toxicológicas para mejorar la detección y caracterización de drogas emergentes.
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