Foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
La economía argentina cerró el 2024 con una importante desaceleración de la inflación, alcanzando un 117,8% anual, un dato que refleja un avance significativo respecto al 211% registrado en 2023. De acuerdo con Quasar Elizundia, estratega de Investigación de Mercados en Pepperstone, este resultado marca un cambio de rumbo luego de varios años de alta volatilidad de precios. También evidencia un impacto positivo de las medidas económicas aplicadas por la administración de Javier Milei.
El informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) también destacó que la inflación de diciembre se situó en 2,7%, un leve aumento frente al 2,4% de noviembre, pero inferior al 3% proyectado por algunos analistas. Elizundia comentó a NotiPress que "esta leve aceleración se atribuye principalmente a factores estacionales, con aumentos puntuales en sectores como educación y esparcimiento, ambos con un incremento del 5%". A pesar de este repunte puntual, el rubro de alimentos y bebidas mostró un alza moderada del 0,9%, lo que ayudó a mitigar presiones inflacionarias más amplias.
Proyecciones alentadoras para 2025
De acuerdo con Elizundia, la tendencia descendente de la inflación abre un escenario optimista de cara al 2025. El analista subraya que las expectativas inflacionarias apuntan a un índice del 2% trimestral durante los primeros meses del año, con una proyección anual en torno al 30%. A más largo plazo, se espera que la inflación se estabilice cerca del 20% para finales de 2026, aunque estas estimaciones podrían variar dependiendo del contexto económico global y local.
Un aspecto destacado es el papel clave de la disciplina fiscal como ancla en la estabilización inflacionaria. "La estabilidad fiscal se erige, por lo tanto, como un pilar fundamental para la sostenibilidad de la reducción inflacionaria y el fortalecimiento de la economía argentina", explicó el estratega de Pepperstone. Este enfoque fiscal riguroso fue determinante para fortalecer la credibilidad en las políticas macroeconómicas del gobierno, lo que a su vez ha incentivado la confianza de los inversores.
Aunque el descenso inflacionario representa un avance notable, los analistas advierten que aún queda camino por recorrer para consolidar esta tendencia. Elizundia enfatiza que "el compromiso con la estabilidad macroeconómica y la implementación de políticas responsables debe continuar siendo una prioridad para Argentina".
Finalmente, este progreso brinda un respiro a la administración de Milei, que está centrando sus esfuerzos en corregir desequilibrios macroeconómicos y sanear las finanzas públicas. Sin embargo, persiste la necesidad de mantener el rumbo para asegurar una estabilidad económica duradera y evitar futuros retrocesos.
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