Benito Quinquela Martín y su legado en La Boca

 06-03-2025
Martín Olivera
   
Portada | Argentina
Foto: Presidencia de la Nación

Foto: Presidencia de la Nación

A 135 años de su nacimiento, la Secretaría de Cultura homenajea a Benito Quinquela Martín, el pintor que vinculó su obra con La Boca y dejó un legado cultural significativo. Su trabajo y su visión contribuyeron a consolidar la identidad del barrio, convirtiéndolo en un referente artístico y turístico de Buenos Aires.

No se conoce con precisión la fecha exacta en la cual nació el artista. Fue abandonado el 21 de marzo de 1890 en la Casa de Niños Expósitos, Casa Cuna, donde se estableció el 1 de marzo como su fecha de nacimiento por aproximación.

A los ocho años, fue adoptado por el matrimonio Chinchella. Manuel, su padre adoptivo, era genovés criado en Olavarría, mientras que Justina Molina, su madre adoptiva, era entrerriana de Gualeguaychú y tenía ascendencia aborigen. La familia tenía una carbonería y, desde pequeño, Quinquela colaboró en el negocio. Con el tiempo, también trabajó como estibador en el puerto de Buenos Aires.

La Boca tuvo un impacto profundo en su vida y obra. La zona estaba poblada por inmigrantes de diversas nacionalidades y tenía un dinamismo particular, influenciado por el puerto y el comercio. El bullicio, los conventillos, las lenguas extranjeras y la arquitectura singular del barrio inspiraron su arte y definieron su estilo.

Desde temprana edad, Quinquela mostraba interés por el dibujo, mientras trabajaba en la carbonería y el puerto, realizaba bocetos con carbón y experimentaba con formas y texturas. A los 14 años, en 1904, tomó su primer pincel e ingresó a la academia Pezzini-Stiatessi, donde tuvo como maestro al pintor Alfredo Lázari.

Su legado artístico y cultural

El Museo de Bellas Artes de La Boca de Artistas Argentinos "Benito Quinquela Martín" es una de las instituciones que el artista donó al barrio con la intención de fomentar la cultura, la educación y la salud en la comunidad. Víctor Fernández, director del museo, explicó en una entrevista para la Secretaría de Cultura su historia. "Cuando afirma su vocación y su lenguaje, cuando empieza a ser Quinquela, va a adoptar una temática, un repertorio, una iconografía. La misma se va a autoimponer como su marca y se va a sentir imposibilitado de pintar otra cosa que no sea La Boca" resaltó.

Fernández agregó: "Las pinturas de Quinquela no son paisajes sino escenarios. El escenario del trabajo, del esfuerzo, de la transformación de la obra humana. El Riachuelo es el desencadenante de esa gran obra que deriva en ciudades pujantes, en sueños de progreso".

La obra de Quinquela Martín se divide en grandes series, entre ellas "Días luminosos", "Días grises", "Fuego" y "Cementerios de Barcos". En todas, el paisaje boquense está presente de alguna manera. Para mantener la conexión con el barrio, incorporaba elementos reales en sus pinturas, como la cúpula de la iglesia San Juan Evangelista, el Puente Transbordador o el Puente Pueyrredón.

Sobre su técnica, Fernández señaló: "No solamente el uso del color lo alejaba de muchos preceptos académicos, provocando un rechazo por las elites de la crítica culta porteña, sino que su representación va a estar cimentada en el uso de gruesas capas de materia que tomaba lo que era el volumen del objeto representado".

El día 28 de enero de 1977 a los 86 años falleció Benito Quinquela Martín. Su despedida estuvo marcada por un detalle singular: fue enterrado en un ataúd que él mismo diseñó y pintó. "Quien vivió rodeado de color no puede ser enterrado en una caja lisa", afirmaba el artista. En la madera de su ataúd, plasmó una escena del puerto de La Boca, el lugar que definió su vida y su obra.




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