Buenos Aires,
Francisco Vicario
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress)
En una decisión que sacudió el panorama político argentino, el presidente Javier Milei, habría resuelto despedir a Guillermo Ferraro, el ministro de Infraestructura. La medida es consecuencia de una serie de filtraciones de información sensible de reuniones de gabinete, que los círculos gubernamentales atribuyen a Ferraro. Sumado a la información no confirmada, el Gobierno no salió a desmentir la desvinculacón de Ferraro y la conferencia de prensa de Manuel Adorni no empezó a las 11 de la mañana, como es habitual.
Los medios locales ya especulaban sobre la renuncia inminente de Ferraro, después de que se hiciera público que un ministro sería despedido por las mencionadas filtraciones. En un giro inesperado, la cartera de Infraestructura no tendrá un sucesor directo. En cambio, se transformará en una secretaría, integrándose al Ministerio de Economía, ahora bajo la ampliada responsabilidad de Luis Caputo. Por su parte, la novedad se da en un contexto de cosecha de logros por parte de Caputo en la colocación exitosa del BOPREAL para financiar el pago a proveedores del exterior en importaciones.
Nicolás Posse, el jefe de Gabinete, se consolida en el gobierno, asumiendo el control de todos los organismos descentralizados y las empresas estatales. Este movimiento amplía su influencia, dado que ya ejercía control a través de la Secretaría de Empresas y Sociedades del Estado, con Mauricio González Botto en un papel clave.
Ferraro, que jugó un rol significativo en la fiscalización de La Libertad Avanza (LLA) durante la campaña, se convierte así en el primer ministro destituido a solo 45 días del inicio de la administración de Milei.
Así, una supuesta crisis interna del gabinete, parece haberse precipitado por las filtraciones, algo que coincide con la inestabilidad generada por la ley ómnibus y el llamativo del dictamen recientemente obtenido con disidencias. Además, se reporta que Milei ha ordenado una ofensiva contra los gobernadores, encargando al presidente del Banco Central, Santiago Bausili, la implementación de ciertas medidas. Esta estrategia incluye la retención de fondos de coparticipación a las provincias, una decisión que ha generado fuerte reacción entre los líderes provinciales.
La situación se complica aún y de acuerdo a varios medios de comunicación de Argentina, hay una la posibilidad de que Guillermo Francos, ministro del Interior, también sea solicitado a renunciar, dadas sus tensiones con varios miembros del gabinete, especialmente con Posse.
Por último, Eduardo Serenellini, Secretario de Medios, enfrenta acusaciones de ser una fuente de filtraciones, sumándose a una lista creciente de funcionarios en una situación precaria.
Esta serie de eventos subraya una etapa de incertidumbre y reestructuración dentro del gobierno de Javier Milei, marcando lo que podría ser solo el comienzo de una serie de cambios en su administración. Cualquier parecido con una serie de Netflix, es mera coincidencia. El silencio oficial por la presunta salida de Ferraro podría ser una estrategia del Gobierno o confirmar la crisis.