China habilita por primera vez la importación de harina de soja argentina

 27-06-2025
Axel Olivares
   
Portada | Argentina
Foto: Pexels

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China autorizó por primera vez la importación de harina de soja desde Argentina, lo que marca un hito en la relación comercial entre ambos países. El primer embarque se concretó tras una extensa negociación diplomática iniciada en 2017 y posicionó al país sudamericano como nuevo proveedor en uno de los mercados más exigentes y grandes del mundo.

El acuerdo se selló después de más de veinte años durante los cuales China solo permitía la entrada de poroto de soja sin procesar. El nuevo protocolo sanitario fue aprobado por las autoridades chinas luego de diversas instancias técnicas, auditorías virtuales y presenciales, así como visitas a plantas procesadoras ubicadas en el Gran Rosario, principal polo agroexportador argentino.

Según informó el Ministerio de Agricultura, el cargamento correspondió a una operación de prueba destinada a verificar los estándares de calidad, trazabilidad y seguridad alimentaria exigidos por el país asiático. El producto, identificado como harina de soja desactivada, constituye la principal exportación industrial argentina y representa una fuente clave de ingreso de divisas.

El embarque fue adquirido por un grupo empresario chino que acordó con una firma aceitera nacional el envío del producto desde un puerto fluvial en Santa Fe. Las condiciones del acuerdo incluyeron un seguimiento técnico bilateral riguroso, con requerimientos sanitarios estrictos. El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) coordinó las auditorías internas necesarias para cumplir con los requisitos del nuevo régimen.

La harina de soja argentina, que representa más del 50% de las exportaciones del complejo sojero, ofrece mayor valor agregado en comparación con el poroto sin procesar. La apertura del mercado chino constituye una oportunidad relevante para las plantas industriales, que en su mayoría operan con capacidad ociosa.

Desde el sector agroindustrial destacaron que esta primera operación podría derivar en una expansión comercial si se logra consolidar la confianza del mercado chino. Indicaron, además, que la decisión puede tener impacto en otros mercados asiáticos, que suelen adoptar criterios técnicos similares a los de China en materia de inocuidad y trazabilidad.

La apertura comercial ocurre en un contexto de tensiones entre China y Estados Unidos, su principal proveedor de derivados de soja. A partir de este escenario, analistas interpretaron el acuerdo como parte de una estrategia de diversificación del gobierno chino, que busca fortalecer su seguridad alimentaria reduciendo la dependencia de proveedores estadounidenses.

El protocolo sanitario aprobado establece condiciones específicas respecto a residuos, contaminación cruzada y control microbiológico, entre otros aspectos técnicos. Con la validación del envío piloto, se prevé avanzar hacia exportaciones regulares con mayores volúmenes y participación de otras empresas procesadoras.




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