Buenos Aires,
Noelia Acuña
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
La intervención del Estado en el sector financiero mantuvo intensos debates en la economía moderna. Este fenómeno, comprende mecanismos como rescates de bancos o programas de alivio de activos problemáticos, tiene un impacto en la distribución de la riqueza a largo plazo. La política monetaria da lugar a esta intervención puede resultar en una ampliación de la brecha económica entre diferentes sectores de la población, publica el Instituto Mises.
Generalmente, muchos críticos indican que la banca de reserva fraccionaria contribuye a una creación de dinero que, en condiciones normales, se disuelve cuando se devuelven los préstamos. No obstante, la participación del gobierno a través de rescates transforma este dinero temporal en riqueza permanente.
Al adquirir préstamos que corren el riesgo de impago, el Estado impide la eliminación del crédito, lo cual podría ser una forma de estabilizar la economía. Sin embargo, este proceso termina beneficiando desproporcionadamente a las instituciones financieras. En efecto, sin el respaldo gubernamental, los bancos tendrían menos incentivos para otorgar préstamos de alto riesgo.
Esta falta de apoyo del Estado conduce a una mayor cautela en las decisiones de crédito, manteniendo una oferta monetaria más estable. Al no existir la red de seguridad que ofrecen los rescates, los bancos tienen que asumir riesgos de manera más responsable, priorizando inversiones donde se garantice la capacidad de reembolso de quien solicita el crédito.
Además, la generación de préstamos que terminan siendo problemáticos puede verse como una reacción lógica ante una alta demanda. En un entorno donde el Estado actúa como comprador de última instancia, los bancos encuentran un incentivo para seguir creando instrumentos financieros de alto riesgo. En lugar de corregir estos peligrosos comportamiento, el sistema libre lo refuerza y perpetúa debido a la intervención estatal.
De igual forma, el impacto de este sistema en la economía real es notable. Las empresas que reciben rescates operan con márgenes de beneficio más altos y no asumen los costos típicos de funcionamiento. A la larga, esto genera un entorno donde prevalecen ganancias rápidas y la especulación, en perjuicio de la inversión productiva.
A largo plazo, esta dinámica provoca una transferencia constante de poder adquisitivo de la población hacia las élites, llevando a una acumulación de riqueza en pocas manos. Esto hace que la inflación afecte de manera desigual a distintos sectores, beneficiando a quienes tienen grandes activos. Por su parte, el presidente Javier Milei, argumenta que la inflación es un problema puramente monetario y necesita ser controlado para establecer una base monetaria cero. En este sentido, el objetivo de alcanzar en Argentina una inflación del 2% mensual para luuego disminuirla a 1% y finalmente a cero, tiene una relación directa.
Finalmente, Mises refiere que el mecanismo de intervención estatal puede inducir a una economía que se orienta hacia empresas diseñadas para captar la inflación, en lugar de satisfacer necesidades reales de consumo. Sin embargo, la falta de regulación sobre la distribución de los flujos de capital lleva a decisiones económicas que favorecen a quienes están cercanos al poder financiero y perpetúa la disparidad en el acceso a la riqueza y a las oportunidades dentro del mercado.