Europa pierde ventaja científica: ¿falta de estrategia o dispersión de esfuerzos?

Europa desaprovecha su potencial científico al carecer de estrategia coordinada

Europa podría atraer talento científico internacional replicando modelos exitosos de China y Canadá mediante inversión estratégica y cooperación regional

Durante las últimas décadas, diversos países implementaron programas ambiciosos para atraer y retener talento científico internacional. Entre ellos, China y Canadá destacan por haber desarrollado esquemas de apoyo sostenidos y coherentes, enfocados en mejorar la competitividad de sus sistemas de investigación. Estas experiencias representan un referente para Europa, región con capacidades avanzadas, pero sin una estrategia continental unificada.

El programa "Thousand Talents" promovido por China permitió el retorno de miles de científicos. Gracias a incentivos económicos generosos, superiores a los 500 mil dólares, y al compromiso de garantizar apoyo durante periodos prolongados, muchos investigadores se sintieron atraídos por la posibilidad de dirigir proyectos de forma autónoma. Esta política no solo mejoró el volumen de producción científica, también incrementó el prestigio de sus instituciones a nivel internacional.

Canadá, durante los años noventa y dos mil, aplicó un enfoque integral combinando financiamiento enfocado en prioridades nacionales con condiciones laborales competitivas. Entre los elementos destacados figuraron procesos migratorios acelerados y desarrollo de infraestructura de nivel mundial. Estas medidas impulsaron su posicionamiento como polo de excelencia investigativa en campos estratégicos como la genómica y el medio ambiente.

En el contexto europeo, existen iniciativas relevantes dentro del marco de la Unión Europea, entre ellas el Consejo Europeo de Investigación y los programas Marie Skłodowska-Curie. Sin embargo, estas acciones no responden a una visión compartida por todos los países miembros. La falta de coordinación y la dispersión de esfuerzos limitan el alcance de políticas que podrían tener un impacto mayor si se implementaran de manera articulada.

Así, el informe citado por María M. Mota, directora del Instituto Gulbenkian de Ciencia, propone duplicar el presupuesto del Programa Marco Europeo de I+D para el periodo 2028-2034. Actualmente, este fondo asciende a casi 100 mil millones de euros. Elevarlo a una cifra entre 200 mil y 220 mil millones permitiría financiar salarios competitivos, fortalecer infraestructura y ofrecer trayectorias profesionales estables a los investigadores.

Modelos exitosos, como el del CERN en Suiza, demuestran que la colaboración transnacional puede generar entornos científicos sólidos. Fundado en los años cincuenta, este laboratorio se convirtió en un ejemplo de inversión conjunta y cooperación internacional. Hoy en día, involucra a más de 12 mil científicos y mantiene un flujo constante de proyectos gracias a su estructura estable y su cultura abierta.

No existe fórmula única, pero los precedentes son claros. Si Europa aspira a liderar la siguiente etapa del desarrollo científico global, deberá combinar visión, voluntad política y un sistema cohesionado que facilite el acceso, la permanencia y el crecimiento de investigadores provenientes de distintas regiones del mundo.