Israel bombardea Irán ante posible escalada nuclear con ataques a instalaciones clave y genera una fuerte alza en los precios internacionales del petróleo
Un ataque aéreo ejecutado por Israel contra múltiples objetivos estratégicos en Irán marcó una nueva fase en la tensión regional. La ofensiva incluyó bombardeos en Natanz y Fordow, donde se ubican instalaciones nucleares subterráneas que fueron motivo de preocupación internacional en los últimos años.
El ataque fue confirmado por las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF), que señalaron haber realizado una "ofensiva combinada basada en inteligencia de alta calidad para golpear el programa nuclear de Irán, y en respuesta a la agresión en curso del régimen iraní contra Israel". La operación fue denominada "Nación de Leones" y tuvo como objetivo principal estructuras militares y nucleares en diversas regiones del país.
De acuerdo con el comunicado israelí, "decenas de jets completaron la primera etapa que incluía ataques contra docenas de objetivos militares, incluidos objetivos nucleares en diferentes zonas de Irán". Entre las víctimas reportadas se encuentran altos mandos de la Guardia Revolucionaria Islámica y científicos vinculados al programa atómico de Irán.
Horas antes del bombardeo, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) aprobó una resolución que acusa a Irán de incumplir sus obligaciones nucleares. La resolución, respaldada por 19 países, fue presentada por Alemania, Francia, Reino Unido y Estados Unidos. En su más reciente informe, el organismo indicó que Irán acumuló más de 408 kilogramos de uranio enriquecido al 60%, una concentración cercana al nivel necesario para armamento nuclear.
Como reacción, el gobierno iraní anunció que "el jefe de la Agencia de la Energía Atómica de Irán emitió las órdenes necesarias para establecer un nuevo centro de enriquecimiento en un lugar seguro". También se informó la modernización de la planta subterránea de Fordow con centrifugadoras de última generación.
Horas antes del ataque, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó la evacuación del personal no esencial de las embajadas en Irak, Kuwait y Bahréin. "Bueno, se están retirando porque podría ser un lugar peligroso, no lo permitiremos", declaró el mandatario. La administración estadounidense aseguró que no participó en la operación israelí y que su prioridad es proteger al personal y fuerzas en la región.
Por su parte, el ministro de Defensa de Israel declaró: "el estado de emergencia especial en el frente interno de todo el Estado de Israel". El Ministerio de Defensa advirtió: "tras el ataque preventivo del Estado de Israel contra Irán, se espera un ataque con misiles y drones contra el Estado de Israel y su población civil en el futuro inmediato".
El conflicto tuvo repercusiones inmediatas en los mercados energéticos. El precio del petróleo Brent subió un 10,15%, alcanzando los 76,40 dólares por barril, mientras el West Texas Intermediate se incrementó un 10,41%, cotizando a 75,10 dólares. Analistas advirtieron sobre la posibilidad de interrupciones en el suministro global si el estrecho de Ormuz llegara a ser bloqueado.
"Para el mercado del petróleo, la pesadilla absoluta es el cierre del estrecho de Ormuz", afirmó Arne Rasmussen, analista de Global Risk Management. Según JP Morgan, un cierre total de esa vía podría llevar los precios del crudo hasta los 130 dólares por barril.
El conflicto entre Israel e Irán se intensificó tras el estancamiento de las negociaciones nucleares y la reciente resolución del OIEA. Funcionarios iraníes advirtieron que, de reactivarse sanciones internacionales, podrían abandonar el Tratado de No Proliferación Nuclear.