El nuevo índice Big Mac tiene malas noticias para el peso argentino

El índice más conocido de comida rápida altera la lectura del poder adquisitivo

Una hamburguesa volvió a poner en jaque a los economistas: el Índice Big Mac revela tensiones globales sobre cuánto valen realmente las monedas en 2025

El Índice Big Mac, creado por The Economist en 1986, volvió a posicionarse en el centro del análisis económico internacional tras publicar su edición de julio de 2025. Con base en el precio de la icónica hamburguesa en distintas monedas, la herramienta busca comparar el poder adquisitivo de cada divisa a partir de una referencia común.

Según los datos del informe, en Argentina la hamburguesa simple cuesta 6.600 pesos, frente a los 6,01 dólares en Estados Unidos. Para alcanzar una paridad de precios, el tipo de cambio argentino debería ser de $1.098,17, mientras el valor de mercado se situó en 1.286,01 pesos al cierre de junio. Esto determinó una subvaluación de 14,6% en relación con el dólar. El mismo documento repasa otras monedas, entre ellas el real brasileño que muestra una subvaluación de 28,6% y el yuan chino de 40,9%, lo cual afecta la competitividad argentina frente a sus principales socios comerciales.

A pesar de su aparente simplicidad, la medición enfrenta cuestionamientos metodológicos. En su versión tradicional, la herramienta no ajusta por diferencias de ingreso, productividad ni estructuras de precios. Ante esta situación, The Economist incluye una variante "gourmet" que incorpora el nivel de Producto Interno Bruto por habitante. Bajo ese enfoque corregido, el peso argentino aparece sobrevaluado un 17%, por debajo de países como Uruguay, Suiza y Suecia.

Esta corrección responde al efecto Balassa-Samuelson, formulado para reflejar que en economías con mayor ingreso per cápita los bienes tienden a costar más debido a diferencias estructurales en productividad y salarios. De este modo, el índice intenta ofrecer una aproximación más realista a la comparación entre monedas, aunque sin dejar de emplear una hamburguesa como unidad de medida.

Pese a su popularidad, la metodología ha enfrentado cambios en sus condiciones originales. Factores como la política de precios diferenciados por país, la estructura impositiva local o la variabilidad de costos logísticos afectan la homogeneidad del producto en cuestión. Además, en varios mercados, el precio del Big Mac no siempre se ajusta proporcionalmente al tipo de cambio ni refleja variaciones amplias en la canasta básica de consumo.

Igualmente, el informe más reciente muestra cómo los precios más elevados de la hamburguesa se registran en Suiza, Uruguay y Noruega, mientras los más bajos se encuentran en India, Indonesia y Egipto, con niveles de subvaluación de hasta 60%. Estas diferencias evidencian que, si bien el índice puede ofrecer señales iniciales sobre desajustes cambiarios, no permite capturar en profundidad los determinantes internos que inciden en el precio final al consumidor.

La existencia de esta brecha entre valor teórico y condiciones locales limita su utilidad para decisiones económicas de fondo. Sin embargo, su permanencia en el debate internacional muestra su valor como referencia comunicacional accesible y replicable a escala global.