La canciller de Colombia inauguró en Roma una muestra itinerante que plantea resignificar la hoja de coca y repensar el patrimonio cultural desde una visión ancestral
La ministra de Relaciones Exteriores de Colombia, Rosa Yolanda Villavicencio, inauguró en Roma la exposición itinerante "Oro y Hoja de Coca: más allá del pensamiento colonial y la estigmatización contemporánea", un proyecto cultural que propone repensar la historia, el arte y la política pública en torno a la hoja de coca y al patrimonio arqueológico colombiano.
De acuerdo con la canciller, el propósito central de la muestra es doble: "mostrar el debate sobre la resignificación de la hoja de coca, lejos de la estigmatización de las sustancias estupefacientes derivadas de ella y, al mismo tiempo, plantear el retorno a sus orígenes de las obras inequitativamente adquiridas que reposan en numerosos museos del planeta".
Esta exposición recorrerá un total de nueve países europeos, comenzando en Italia y continuando por Austria, España, Polonia, Francia, Portugal, Países Bajos, Chequia y Finlandia, donde concluirá su itinerario en diciembre. Este recorrido busca generar y fortalecer las alternativas económicas para las comunidades cocaleras en un diálogo intercultural que reconozca el valor de los saberes ancestrales y el papel del arte en la memoria colectiva.
Durante la inauguración, Villavicencio agradeció al Gobierno de Italia y al cuerpo de Carabinieri por su colaboración en la recuperación de más de 280 piezas de alto valor arqueológico, repatriadas a Colombia en el actual gobierno.
La muestra cuenta con la participación de los artistas colombianos Omar Hurtado, quien elaboró una réplica exacta de la Colección Quimbaya, y Tatiana Arocha, cuya obra establece un puente entre los conocimientos ancestrales y contemporáneos sobre la ecología de la hoja de coca.
El evento forma parte de las acciones del Gobierno colombiano para reforzar y combatir el narcotráfico de manera más efectiva mediante su compromiso con la protección del patrimonio cultural, la promoción de los saberes indígenas y la construcción de narrativas internacionales que superen estigmas históricos asociados a la hoja de coca y a las prácticas culturales originarias.
Según expresó la canciller, esta iniciativa busca posicionar la cultura como un eje central de las relaciones exteriores de Colombia, fomentando el respeto a la diversidad, la soberanía patrimonial y la memoria de los pueblos.