Foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
En un nuevo enfoque para contrarrestar el narcotráfico en Colombia, el presidente Gustavo Petro defendió su propuesta de comprar hoja de coca directamente a los campesinos de El Plateado, una zona rural de Argelia, Cauca, donde esta planta es ampliamente cultivada. Con esta medida, el mandatario busca reducir el acceso de los grupos narcotraficantes a la materia prima de la cocaína. El jefe de Estado hizo esta declaración durante la apertura de la Zona Verde de la COP16, en Cali, al que asistieron figuras como el alcalde de Cali, Alejandro Éder, la gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, la vicepresidenta Francia Márquez y la ministra de Ambiente, Susana Muhamad.
Durante su intervención, Petro pidió el apoyo de países como Estados Unidos, uno de los mayores consumidores de drogas ilícitas, y China, uno de los principales socios de su administración, para impulsar esta estrategia. La propuesta incluye la posibilidad de que estos países compren productos derivados de la coca para usos legales, lo que, según el presidente, ayudaría a frenar el daño ambiental y social en las regiones cocaleras de Colombia. "Si los norteamericanos, que tanto se preocupan por nuestros problemas de cultivos de hoja de coca, nos ayudaran a vender esos productos legales en California, Estados Unidos, o los chinos allá en Shanghái y Pekín, ¿No solucionaríamos un problema en el que los ríos del Pacífico podrían revivir?", expresó Petro, quien también atribuyó el cambio climático a las potencias internacionales.
Además, el mandatario resaltó las condiciones en las que operan los soldados en El Plateado. Aseguró que arriesgan su vida "en medio de un mar de hoja de coca". Petro indicó que, en esta región del Cauca, la vida cotidiana de sus habitantes está condicionada por la siembra de coca, una actividad que, según explicó, los residentes ven como la única opción de subsistencia. "Para cosechar la hoja y volverla pasta, venderla y poder sobrevivir", describió Petro sobre la realidad de los campesinos, agregando que las organizaciones criminales la transportan hacia el océano Pacífico, desde donde es exportada.
La propuesta del presidente generó debate al proponer una solución en la cual los campesinos se beneficien de cultivos alternativos a la coca y programas de desarrollo rural. A largo plazo, Petro proyecta que los campesinos puedan dedicarse a la siembra de productos como el café y el cacao, que son más rentables y sostenibles, con acceso a crédito y educación agrícola. Este modelo busca desvincular a los campesinos del comercio ilícito y enfocarse en el desarrollo rural sin persecuciones ni fumigaciones, enfocando el esfuerzo antidrogas en la incautación y control de las redes narcotraficantes.
Un reporte del Consorcio Internacional sobre Políticas de Drogas (IDPC) señala que la industrialización de la hoja de coca podría abrir un camino hacia el desarrollo y la paz en las zonas afectadas, donde históricamente se percibió al campesino como un eslabón del narcotráfico. La visión planteada por el presidente coincide con esta idea, al ver en la coca un producto agrícola que, bajo normativas específicas, podría aprovecharse de manera legal.
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