2025, el año que reescribió el orden mundial

2025: guerras viejas, liderazgos nuevos y un mundo sin tregua

El año 2025 dejó un mundo más polarizado, con nuevos conflictos, liderazgos disruptivos y una creciente tensión entre potencias y movimientos sociales

A 80 años del fin de la Segunda Guerra Mundial, el planeta todavía se encuentra lejos de la paz. Con guerras que se venían arrastrando de años anteriores, a 2025 se sumaron nuevos conflictos pero también nuevas perspectivas. Para bien o para mal, el mundo sufrió cambios ideológicos, culturales, políticos, sociales y tecnológicos que quizás, en el futuro marquen un antes y un después en el final del cuarto del siglo XXI.

Con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, la comunidad internacional supo que llegarían cambios bruscos. Una de sus primeras medidas, la imposición de aranceles a escala global, obligó a cada país a negociar con Washington una reducción de gravámenes, lo que empezó a marcar la cancha entre amigos y enemigos del republicano.

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A diferencia de su sucesor, Trump dejó de ver a Vladimir Putin como el enemigo número uno, para otorgarle ese puesto a los inmigrantes y a la llamada cultura woke. Este giro representó un duro golpe para Volodimir Zelenski quien vivió una de las reuniones con Trump más incómodas en su carrera por salvar a Ucrania.

Pero, además del progresismo, Trump mantuvo en la mira a China, un país que ya no solo competía en el ámbito comercial sino también en el tecnológico. El dominio por la inteligencia artificial se convirtió en una nueva carrera entre las dos grandes potencias.

Trump sabía lo que se venía. Es por eso que entre los invitados a su asunción el 20 de enero, se encontraba el escuadrón completo de Silicon Valley, marcando así un acercamiento inédito entre poder y tecnología.

Uno de esos gigantes vivió el mejor y al mismo tiempo el peor año de su vida. Elon Musk, pasó de ser la mano derecha de Trump, estando a cargo del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), a protagonizar una pelea a cielo abierto con el presidente y retirarse del gabinete, mientras veía cómo las ventas de Tesla caían marcando su peor año.

El movimiento MAGA obtuvo otros íconos, solo que en forma de mártires. Con el asesinato de Charlie Kirk, se vivió una polarización aún más contundente en Estados Unidos y el mundo en sí que ya no pudo separar violencia de una postura política.

Sin embargo, en términos de popularidad, la derecha logró consolidarse en el continente. Con la victoria de José Antonio Kast en Chile, Rodrigo Paz en Bolivia y Nasry Asfura en Honduras, América Latina junto a los dirigentes derechistas que ya se encontraban instalados se pintó en gran parte de azul.

De todos modos, esta red conservadora a nivel mundial se chocó con un adversario a Trump nada menos que en el corazón financiero del mundo. Zohran Mamdani, una figura que contradice todas las máximas del presidente (inmigrante, progresista, musulmán y demócrata) se convirtió en el nuevo alcalde de Nueva York.

Pero 2025 fue también testigo de otros actores, solo que más colectivos. La Generación Z alcanzó su madurez este año para ser partícipes del cambio. Su gran entrada tuvo lugar en Nepal donde lograron derrocar al gobierno, pero luego, las movilizaciones se fueron diseminando por el mundo hasta llegar a Perú, Madagascar, Marruecos y hasta México.

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El mundo fue testigo también de varios conflictos que emergieron en 2025. Entre los principales choques se encuentran la guerra entre República Democrática del Congo y Ruanda, el conflicto en la frontera entre Tailandia y Camboya y la escalada de tensión entre India y Pakistán. A estos se le suman los ya existentes como la guerra entre Rusia y Ucrania, la guerra entre Israel y Palestina y la guerra civil sudanesa.

Ante tanta violencia e incertidumbre, hubo una figura que quiso hacerse cargo de todos estos conflictos. En su afán por obtener el Nobel de la Paz, Trump se ofreció como mediador en casi todas las batallas. Si bien pudo calmar las aguas al principio, no logró evitar que la tensión volviera a escalar. Por desgracia, el Nobel de este año no fue para él sino para María Corina Machado, quien obtuvo el galardón por su inagotable lucha por la democracia en Venezuela.

Pese a no obtener el Nobel, Trump no se alejó mucho del objetivo de la ganadora y este año, lanzó una operación militar como nunca antes sobre las costas de Venezuela para derrocar al régimen de Nicolás Maduro. Desde evitar la entrada de drogas al país hasta confiscar petroleras de propiedad estadounidense, la Casa Blanca obtuvo más de una razón para arremeter contra lanchas en el Caribe y acorralar a Venezuela para asfixiar al régimen.

En retrospectiva, 2025 consolidó un escenario global marcado por el resurgimiento de liderazgos polarizantes, nuevos focos de conflicto y una transformación en las alianzas geopolíticas. A 2026 le queda la dura tarea de lograr soluciones mágicas para traer algo de paz al mundo.