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Niños disfrazados, titulares insólitos en noticieros y bromas entre familiares dan forma cada 28 de diciembre a una de las tradiciones más singulares del calendario colombiano: el Día de los Santos Inocentes. Aunque hoy predomina el humor, el origen de esta fecha se remonta a un episodio bíblico que narra una masacre de menores durante la infancia de Jesús.
La celebración toma como base el relato del evangelio de San Mateo, en el que se describe que el rey Herodes I el Grande, ante el temor de perder su trono por el nacimiento de quien sería llamado "rey de los judíos", ordenó asesinar a todos los menores de dos años en Belén. Según el artículo "Algunas tradiciones navideñas españolas" de la Revista de Artes y Humanidades esta matanza habría sido un intento del monarca por frustrar la profecía contenida en los textos sagrados.
A pesar del trasfondo trágico, con el paso de los siglos esta conmemoración religiosa adoptó un tono más festivo, especialmente durante la Edad Media en Europa. En ese contexto, el Día de los Inocentes comenzó a mezclarse con celebraciones como "la fiesta de los locos", donde se invertían los roles sociales, se permitían los engaños y el humor se imponía sobre la solemnidad. Esta transformación cultural se fue consolidando con el tiempo, dando lugar a una jornada centrada en las bromas.
En Colombia, la fecha evolucionó como parte de las costumbres populares que cierran el año. Esta fecha en el país, se asocia con las bromas hechas entre las personas que comparten la creencia y se extiende al imaginario popular a través de los medios de comunicación. Allí se emiten videos graciosos de los errores de sus presentadores y reporteros de los noticieros y programas.
Las bromas, conocidas como "inocentadas", abarcan desde cambiar azúcar por sal hasta colocar un cartel de "se vende" en una vivienda ajena. También se difunden noticias falsas con tono satírico, como parte de una tradición mediática que permite explorar los límites del humor sin consecuencias duraderas.
Una cita de la Enciclopedia Católica explica el desfase histórico respecto a la fecha original: "Los latinos conmemoraban esta fiesta el 28 de diciembre, los griegos el 29 de diciembre, los sirios y caldeos el 27 de diciembre. Estos días no tienen nada que ver con el orden cronológico del acontecimiento. La fiesta se celebra dentro de la octava de Navidad porque los Santos Inocentes dieron su vida por el ‘Salvador recién nacido’".
A pesar de la incertidumbre sobre su origen exacto, el Día de los Inocentes mantiene vigencia como una celebración que entrelaza el legado religioso con expresiones de identidad colectiva. En Colombia, continúa como una fecha donde el humor, la historia y la cultura se encuentran cada diciembre.
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