Ciudad de México,
Hannah Cubells
Crédito foto: Gustavo Torres (NotiPress)
El virus Oropouche, tradicionalmente limitado a la región amazónica, comenzó a expandirse fuera de esta área desde finales de 2023, según informan las autoridades sanitarias internacionales. Hasta el momento se han registrado más de 8,000 infecciones humanas en América, principalmente en Brasil. Sin embargo, también se han reportado casos en Perú, Bolivia, Colombia y Cuba. Este virus, descubierto hace casi 70 años, ha sido vinculado por primera vez con muertes humanas y posibles complicaciones fetales, generando una creciente preocupación internacional.
Durante este año, en julio de 2024, Brasil reportó dos muertes de adultos asociadas al virus, las primeras desde la identificación de esta enfermedad hace siete décadas. Adicionalmente, se están investigando casos de muertes fetales y malformaciones posiblemente relacionadas con la transmisión del virus de una persona embarazada a su feto. Debido a su expansión geográfica y la aparición de casos fatales, la Organización Panamericana de la Salud elevó el nivel de riesgo del virus de moderado a alto. Por su parte, el 23 de agosto de 2024, la Organización Mundial de la Salud declaró un riesgo de salud pública alto a nivel regional, aunque mantuvo el riesgo bajo a nivel global.
Oropouche es un virus perteneciente al género Orthobunyavirus y se transmite principalmente por un tipo de mosquito específico llamado Culicoides paraensis. No obstante, las nuevas investigaciones han encontrado al Oropuche en otras especies como el mosquito Culex. Su primer descubrimiento fue en 1955 en Trinidad y Tobago y se detectó por primera vez en Brasil en 1960. Desde entonces, ha causado brotes esporádicos en humanos en la región amazónica, endémica para este virus. Sin embargo, la reciente expansión fuera del Amazonas y la transmisión local en Cuba han generado preocupación, particularmente porque el mosquito transmisor está presente en toda América, desde Estados Unidos hasta Argentina.
Los síntomas del Oropouche incluyen fiebre, dolor de cabeza, y dolor muscular y son similares a los del dengue, lo cual dificulta el diagnóstico sin pruebas moleculares. Si bien, la mayoría de los casos son leves y se resuelven en aproximadamente una semana, algunos pueden evolucionar a formas graves con manifestaciones neurológicas o hemorrágicas. Además, recientemente, se ha sugerido una posible asociación entre el virus y malformaciones congénitas, como la microcefalia, aunque esta relación aún no ha sido confirmada. De igual forma, se han documentado dos muertes en mujeres jóvenes previamente sanas, marcando los primeros casos registrados de muertes asociadas al virus en la historia conocida.
Gonzalo Bello, especialista en salud pública del Instituto Oswaldo Cruz en Río de Janeiro, Brasil, se dedica al estudio de la cepa del virus actualmente propagado en las Américas. Bello comentó que, aunque históricamente es difícil rastrear la magnitud de los brotes en el Amazonas, la implementación de un sistema de diagnóstico molecular permite una mayor detección y vigilancia del virus en esta ocasión. A pesar de estos avances científicos, el especialista expresó su preocupación por la posibilidad de transmisión en áreas donde se encuentren tanto personas infectadas como vectores, por la capacidad de generar epidemias locales.