Ciudad de México,
Francisco Vicario
Crédito foto: X @Almagro_OEA2015
La Organización de los Estados Americanos (OEA) programó dos reuniones cruciales, en respuesta a la escalada de tensión diplomática entre Ecuador y México, originada por el incidente en la embajada mexicana en Quito. Este conflicto surge después de que fuerzas ecuatorianas irrumpieran en la sede diplomática para detener al exvicepresidente Luis Glas, situación que llevó a México a romper relaciones diplomáticas con Ecuador.
Ecuador, buscando abordar la situación, fue el primero en solicitar una reunión para el 9 de abril en el Consejo Permanente de la OEA. Pocas horas más tarde, Colombia y Bolivia se unieron al llamado, proponiendo otro encuentro para el 10 de abril. Estas reuniones, que tendrán lugar en la sede del organismo en Washington, se centrarán en discutir las normas de relaciones diplomáticas, asilo, y la violación de la Convención de Viena, en particular las circunstancias que rodearon el asalto a la embajada mexicana y las lesiones a su personal diplomático.
Así, el presidente colombiano, Gustavo Petro, y el secretario general de la OEA, Luis Almagro, expresaron su preocupación por los eventos, solicitando discusiones "urgentes" en la OEA y en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Almagro, además, condenó el asalto a la embajada y reafirmó su solidaridad con las víctimas de las acciones que comprometieron la inviolabilidad de la misión diplomática de México en Ecuador.
Durante una conferencia de prensa en Ciudad de México el 7 de abril, la canciller mexicana Alicia Bárcena expresó, ni el dictador Pinochet se atrevió a una violación de la soberanía de una embajada mexicana en Chile como la sufrida por la embajada de México en Ecuador. Asimismo, la embajadora Raquel Serur expresó, el presidente Daniel Noboa se equivocó al tomar las determinaciones que tomó.
Esta serie de eventos que provocaron una fractura en las relaciones entre Ecuador y México, también generaron una amplia preocupación internacional sobre el respeto a las normativas que rigen las relaciones diplomáticas. Las reuniones de la próxima semana en la OEA representan un esfuerzo crucial para abordar estas cuestiones y buscar soluciones a una crisis que ha trascendido las fronteras nacionales, afectando a la comunidad internacional en su conjunto.