Foto: Sergio F Cara (NotiPress)
Colombia hizo significativos avances en materia de derechos humanos, destacados en el último informe de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Entre los logros más notables se encuentra la implementación de una nueva política de drogas, la creación de la jurisdicción agraria y rural, y el establecimiento de una instancia de articulación entre la jurisdicción especial para la paz y el Gobierno.
El Gobierno colombiano, bajo la denominación de "Gobierno del Cambio", priorizó la salud, el desarrollo sostenible y la protección del medio ambiente en sus políticas públicas, recibiendo el reconocimiento internacional por sus esfuerzos. La nueva política de drogas, denominada 'Oxígeno', se centra en las comunidades afectadas por los cultivos de droga, mientras que la estrategia 'Asfixia' apunta a desmantelar los eslabones más altos del narcotráfico.
Política de drogas en Colombia: 'Oxígeno'
La política de drogas denominada 'Oxígeno', liderada por el Gobierno de Colombia, se centra en transformar la relación de las comunidades con la economía de las drogas, especialmente en zonas rurales donde el cultivo de coca es prevalente. Se lanzó en El Tambo (Cauca) el de octubre de 2023. Esta estrategia busca reducir la dependencia económica de los campesinos en el narcotráfico mediante la oferta de alternativas viables y sostenibles, como la reforma agraria, el cambio de cultivos ilícitos por opciones legales que beneficien al medio ambiente, y la promoción de actividades como la guardabosques.
Además, se propone la descriminalización de los campesinos para alejarlos de las dinámicas de violencia y criminalización, apoyándolos hacia un modelo de desarrollo que privilegia la salud, el cuidado ambiental y el progreso socioeconómico. Este enfoque solidario busca también apoyar a los consumidores de drogas, enfocándose en la protección de la vida y el bienestar social.
Estas iniciativas buscan abordar y resolver los desafíos estructurales que enfrenta el país, especialmente aquellos relacionados con el conflicto armado, el narcotráfico y la inequidad social.
Política de drogas denominada 'Asfixia'
Por otro lado, la política 'Asfixia' (integrada con la política Oxígeno) apunta a desmantelar las estructuras de alto valor dentro del sistema del narcotráfico, atacando directamente la infraestructura de producción, los insumos y precursores químicos, así como las redes de finanzas ilegales y el lavado de activos. Esta estrategia implica un uso estratégico de la erradicación, enfocado en desarticular los eslabones críticos del narcotráfico para asfixiar sus capacidades operativas y financieras.
A través de 'Asfixia', el Gobierno colombiano busca una acción contundente y eficaz contra las mafias del narcotráfico, distinguiendo claramente entre las comunidades afectadas por el cultivo de drogas, a las que se busca apoyar y desarrollar, y los actores criminales que perpetúan la violencia y la ilegalidad. Este enfoque, según la administración de Gustavo Petro, representa un esfuerzo por fortalecer la seguridad nacional y promover la paz, alineando las políticas de drogas con las de paz total y seguridad en los territorios afectados por la violencia.
Además, la administración de Gustavo Petro tomó medidas para fortalecer la paz y la seguridad en el país, incluyendo la reforma a la ley de víctimas y la creación del Sistema Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas. Estas acciones, según un comunicado del Gobierno, reflejan el compromiso del gobierno colombiano con la construcción de una sociedad más justa y pacífica. Las premisas de las políticas de Colombia fueron reconocidas por Naciones Unidas en su informe.
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