Foto: Sergio F Cara (NotiPress)
En un contexto de creciente incertidumbre económica a nivel global y con señales de debilitamiento en la economía nacional, el Banco de México (Banxico) tomó una decisión que podría marcar un cambio de rumbo en la política monetaria. Con una votación dividida, la institución optó por reducir su tasa de interés, una medida donde se refleja las preocupaciones por el crecimiento económico y la necesidad de controlar las presiones inflacionarias que afectan al país.
Según el análisis de Quasar Elizundia, Research Strategy Expert en Pepperstone, Banxico decidió reducir su tasa de interés en 25 puntos base, ubicándola en 10.75%. Esta medida marca un cambio importante en la política monetaria del país, reflejando las preocupaciones sobre una economía en desaceleración. Esta decisión se da en un contexto internacional de incertidumbre económica, donde el comportamiento global desigual.
Pese a que la economía de Estados Unidos mostró signos de fortaleza en meses anteriores, los últimos datos del empleo no agrícola (NFP) evidenció un deterioro, intensificando preocupaciones sobre una posible desaceleración económica global. Esto llevó a algunos bancos centrales a mantener o incluso reducir las tasas de referencia. Mientras que la Reserva Federal de Estados Unidos optó por mantener sus tasas sin cambios, el Banco de Japón decidió incrementarlas, añadiendo volatilidad a los mercados financieros internacionales.
Sin embargo, México fue ajeno a estas turbulencias globales, debido a la depreciación del peso mexicano y a la caída de los rendimientos en los mercados financieros. Esto reflejó inestabilidad y afectó a la economía nacional. Durante el segundo trimestre de 2024, la actividad económica en el país registró un bajo crecimiento, extendiendo una debilidad que se manifestó desde principios de año. Ante este panorama, el balance de riesgos para la economía mexicana sigue siendo desfavorable, motivando a Banxico a optar por una reducción en la tasa de interés.
Por otra parte, la inflación es un factor clave en las deliberaciones de Banxico. En julio de 2024, la inflación general anual aumentó a 5.57%, impulsada en gran medida por un alza en el componente no subyacente, especialmente en los precios de frutas y verduras. Sin embargo, la inflación subyacente, indicador más vigilado por el banco central, continuó su trayectoria descendente, ubicándose en 4.05% en el mismo mes, acumulando así 18 meses consecutivos de reducciones.
No obstante, el Banco de México prevé que la inflación general convergerá hacia su meta del 3% en el cuarto trimestre de 2025. Sin embargo, reconoció que existen riesgos al alza, como la persistencia de la inflación subyacente, una posible mayor depreciación del peso mexicano y presiones adicionales en los costos. Estos factores complicarían la tarea de gestionar la inflación en un contexto económico ya de por sí difícil.
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