Foto: Pedro Basilio (NotiPress)
El banco central más poderoso del mundo, liderado por Jerome Powell, recortó este miércoles 31 de julio de 2019 en 25 puntos base de la tasa de interés, quedando en el rango entre 2.0% y 2.25%. El ajuste se aplicó luego de 11 años. La decisión de la Fed no fue unánime, hubo dos votos en contra de Esther L. George y Eric S. Rosengren, quienes apoyaron mantener la tasa en el rango previo.
Asimismo, la actividad económica estadounidense mostró un mejor desempeño a lo esperado, hubo un aumento sorpresivo en la confianza del consumidor y un incremento en la inflación medida por el gasto del consumidor de 1.6, menor al 2% establecido por la Fed.
Si las tasas bajaron hasta casi cero por ciento hace una década fue síntoma de la debilidad de la economía, devenida en crisis. Afortunadamente, no es el caso actual de la economía estadounidense pues, si bien presentó una desaceleración en el segundo trimestre de 2019, al reportar un crecimiento de 2.1% a tasa anulada, cifra menor al 3.1% previo, es un escenario mejor que el 1.8% esperado después de las tensiones comerciales suscitadas entre Estados Unidos y China por lo que el anuncio no se da como mecanismo para reactivar la economía.
Algunos aspectos que vale la pena tomar en cuenta, según los analistas del mercado, es que de no cuidar políticas monetarias como las anunciadas recientemente por la Fed, se podría caer en la conocida trampa de liquidez.
La trampa de la liquidez es un fenómeno utilizado en teoría económica, para describir una situación en la que los tipos de interés se encuentran muy bajos, cercanos a cero. Es un reflejo, donde la preferencia por la liquidez tiende a hacerse absoluta. Los agentes económicos prefieren conservar todo el dinero en lugar de invertirlo, por lo que las medidas de bajar las tasas de interés en busca de aumentar, la masa monetaria no tiene ningún efecto para dinamizar la economía.
John Maynard Keynes postuló la existencia de la trampa de la liquidez en su famosa obra Teoria general del empleo, el interés y el dinero.
Este fenómeno alerta de un contexto en que ante niveles considerablemente bajos de tasas de interés se reducen los incentivos para la inyección de liquidez por parte de los bancos en la economía.
Recuerda el escenario previo a la crisis de 2008 cuando se mantuvo tasas abajo de 2% y que llegaron al 1% durante más de tres años, provocando una espiral de inflación masiva. De hecho, la última reducción en el costo del dinero, dada a conocer por la Fed fue casi 11 años.
En la actualidad economistas como Paul Krugman, han argumentado la importancia del fenómeno en la economía norteamericana en esas épocas. El economista argumenta que gran parte de los países desarrollados, incluyendo Estados Unidos, entre 2008-2012 se encontraba en una trampa de liquidez. Observó que la triplicación de la base monetaria de Estados Unidos entre 2008 y 2011 no produjo ningún efecto significativo sobre los índices de precios internos estadounidenses ni permitió reducir significativamente el desempleo durante la época.
Actualmente, la economía norteamericana no presenta tasas de inflación ni otros indicadores alarmantes. Trump ha presionado a la Fed para recortar sus tasas de interés e impulsar la economía por encima del actual nivel que reporta cierto dinamismo.
Es inusual que la Fed recorte tasas de interés en medio de una expansión económica, lo más común es la existencia de un recorte en las tasas de referencia cuando existan cifras contundentes de una economía desacelerada o si los mercados se desploman, esto dista de lo demostrado por la economía norteamericana.
Preocupan las bajas tasas por la posible creación de burbujas en varios mercados de alto riesgo, como también la falta de herramientas en que se deja a la institución ante una eventual ausencia de dinamismo en la economía.
Las reducidas tasas pueden desembocar en una trampa de liquidez en el largo plazo que vuelva inservible la política monetaria para guiar la economía cuando se necesite realmente.
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