Foto: Sergio F Cara (Composición/NotiPress)
La Unión Europea pronunció su nuevo equipo de comisarios, destacando una mayor influencia de los países con políticas intervencionistas en los cargos económicos clave. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, reveló el 17 de septiembre de 2024 la estructura del nuevo Colegio de Comisarios, en la que varios de los principales puestos fueron otorgados a representantes de países que favorecen un mayor control estatal en sectores estratégicos.
Entre las designaciones más relevantes, destaca la de Teresa Ribera, de España, como vicepresidenta ejecutiva encargada de la "Transición Limpia, Justa y Competitiva" y responsable de la política de Competencia. Ribera tendrá la tarea de liderar la transformación industrial europea hacia un modelo más sostenible y al mismo tiempo asegurar que las reglas de competencia se adapten a la transición verde, lo que refuerza el enfoque intervencionista de su país en cuestiones energéticas.
Otro nombramiento significativo es el de Stéphane Séjourné, de Francia, quien ocupará la vicepresidencia ejecutiva para la "Prosperidad y Estrategia Industrial". Francia, conocida por su fuerte intervención estatal en la economía, jugará un papel crucial en el diseño de políticas industriales y de mercado dentro de la Unión Europea. Su mandato incluye asegurar que las empresas europeas puedan prosperar a través de la inversión y la innovación, áreas donde su país ha demostrado una preferencia por el apoyo gubernamental.
Estas designaciones reflejan un cambio hacia políticas económicas más controladas por el Estado, con el objetivo de reforzar la soberanía tecnológica y competitiva de la Unión Europea frente a desafíos globales. Además de Ribera y Séjourné, otros comisarios provenientes de países con un historial intervencionista, como Raffaele Fitto, de Italia, con la cartera de "Cohesión y Reformas", jugarán un papel central en la implementación de políticas económicas en la región.
Con este equipo, la Comisión Europea parece dirigirse hacia un mayor protagonismo de países que abogan por una intervención estatal más activa en sectores estratégicos, lo que podría influir significativamente en la configuración futura de la economía europea.
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