Foto: Gustavo Torres (NotiPress)
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) anunció una reducción en la previsión de crecimiento para la economía de México para 2024, ajustando su proyección a un 2.2% desde un 2.5% previo. El nuevo pronóstico se encuentra en el informe sobre perspectivas económicas para 2024-2025, donde se detallan los factores que influirán en la economía mexicana en el próximo año.
Según el reporte, esta moderación en el crecimiento estará respaldada por un mercado laboral sólido, inversiones en proyectos de infraestructura pública y el fenómeno conocido como "nearshoring", que es la relocalización gradual de las manufacturas hacia México. Además, el consumo privado será un motor clave para el crecimiento, impulsado por un bajo desempleo y el aumento de los ingresos reales de los hogares.
De esta forma, la OCDE destacó que, entre las principales economías emergentes, México sorprendió positivamente a pesar de condiciones financieras más estrictas, en parte gracias al aumento del gasto público. Sin embargo, para 2025, la previsión de crecimiento de la OCDE para México se mantuvo en el 2%, anticipando una desaceleración en el dinamismo de las exportaciones debido a una posible ralentización económica en Estados Unidos, el principal socio comercial de México.
El informe también advirtió, la inflación en México sigue estando por encima del objetivo del 3% establecido por el Banco de México (Banxico), por lo que la política monetaria debería permanecer restrictiva. Después de un año, la Junta de Gobierno del Banxico redujo la tasa de interés del 11.25 al 11%, y el consenso de analistas privados prevé que en su próxima reunión de mayo vuelva a dar pausa a los recortes.
La OCDE espera que la inflación disminuya para alcanzar el objetivo del 3% en el transcurso del próximo año y anticipa que la tasa de interés objetivo se sitúe en el 7.5% para finales de 2025.
El informe también señaló un déficit del 5% en el sector público para 2024, debido a asignaciones presupuestarias para gastos sociales, pensiones y proyectos emblemáticos de infraestructura en el sur del país, que han aumentado considerablemente, junto con los costos de endeudamiento. Sin embargo, se prevé que el déficit público caiga al 2.5% en 2025, principalmente debido a una reducción de la inversión pública, pues algunos proyectos de infraestructura en el sur llegarán a su fin.
La OCDE espera que estas medidas impliquen cierto endurecimiento de la postura fiscal en 2025 y proyectó que la relación deuda pública neta/PIB se mantenga cerca del 50% del PIB a finales de 2025.
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