Ciudad de México,
Francisco Vicario
Crédito foto: Gustavo Torres (NotiPress)
La calificación crediticia de México enfrenta un panorama incierto debido a factores internos y externos que podrían poner a prueba la estabilidad financiera del país. A pesar de que las agencias calificadoras han mantenido una perspectiva estable, los riesgos asociados con el crecimiento económico, la política fiscal y la deuda pública podrían afectar la confianza de los inversionistas.
Según la revista Acciones, publicación de la Bolsa Mexicana de Valores (enero de 2025), la deuda pública ha mostrado un incremento significativo en años recientes, lo que podría derivar en presiones adicionales sobre las finanzas gubernamentales. A ello se suman los efectos de la desaceleración económica global, la volatilidad en los precios del petróleo y la incertidumbre en torno a la inversión extranjera.
Los expertos señalan que el cumplimiento de los objetivos fiscales establecidos por el gobierno será crucial para evitar recortes en la calificación crediticia. El manejo responsable de las finanzas públicas, la promoción de la inversión privada y una política monetaria prudente podrían ser clave para mantener la estabilidad macroeconómica.
No obstante, los analistas advierten que factores como la incertidumbre política y los cambios regulatorios podrían generar desconfianza en los mercados. En este contexto, la calificación de México dependerá en gran medida de su capacidad para implementar reformas estructurales que impulsen el crecimiento sostenido y fortalezcan la confianza de los inversionistas.