Ciudad de México,
Axel Olivares
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El Banco Mundial lanzó una dura advertencia al informar que, en 2023, la cantidad de gas quemado en todo el mundo aumentó en 9 mil millones de metros cúbicos hasta llegar a 148 mil millones de metros cúbicos, su nivel más elevado desde 2019. Esto equivale a 23 millones de toneladas adicionales de emisiones de dióxido de carbono. Según indica la Asociación Global de Quema y Reducción de Metano (GFMR) del Banco Mundial, esta es una cantidad similar a la que producirían cinco millones de automóviles en las carreteras.
Demetrios Papathanasiou, director global de Prácticas Globales de Energía y Extractivos del Banco Mundial, afirma que "millones de personas todavía carecen de acceso a energía básica y las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando, mientras que cada año se siguen quemando desperdiciadamente enormes volúmenes de gas". Además, agrega, "capturar y utilizar este gas desperdiciado podría desplazar fuentes de energía más sucias, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y generar suficiente energía para duplicar la cantidad de electricidad suministrada en el África subsahariana".
Por su parte, el gerente de GFMR del Banco Mundial, Zubin Bamji, aseguró que "el aumento de la quema de gas es particularmente desalentador, ya que se produce después de una reducción muy esperada en 2022. Esto hace que los niveles mundiales de quema de gas vuelvan a ser los que experimentamos en 2019. Tenemos la esperanza de que esto sea una especie de anomalía y, a más largo plazo, la tendencia será de reducciones dramáticas".
Según los estudios, la quema de gas libera contaminantes nocivos, incluido el carbono negro y el metano no quemado, los cuales contribuyen al cambio climático y presentan riesgos tanto para las personas como para el planeta. En este sentido, se podría liberar de la atmosfera 381 millones de toneladas de dióxido de carbono por año si se eliminara la quema de gas.
No obstante, desde el organismo afirman que el gas quemado desperdiciado puede utilizarse de manera productiva para ayudar a desplazar fuentes de energía poco sustentables, aumentar el acceso a la energía en algunos de los países más pobres del mundo y brindar a muchos países la seguridad energética que tanto necesitan.
Las estimaciones de la quema global de gas se basan en observaciones de un satélite lanzado en 2012 operado por el Servicio Nacional Oceánico y Atmosférico de Estados Unido. Por su parte, el GFMR del Banco Mundial proporciona subvenciones, asistencia y asesoramiento sobre reformas normativas y políticas para fortalecer las instituciones en materia medioambiental para que los gobiernos y las empresas desplieguen soluciones de quema y reducción de contaminantes.