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De acuerdo con investigaciones sobre el impacto ambiental de la contingencia sanitaria, la producción de desechos orgánicos e inorgánicos, en especial plástico y comida, ha aumentado de manera considerable debido a los esfuerzos globales por cubrir la demanda de insumos, y por la gran cantidad de productos agropecuarios detenidos como consecuencia de las afectaciones en cadenas de producción y restricciones de movilidad.
Según el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), al término del primer semestre de 2020, y junto con los repuntes registrados en las economías de los países que reiniciaron operaciones en sus respectivos sectores de producción, México incluido, la pandemia de Covid-19 tiene tres repercusiones ambientales principales.
En primer lugar, la contaminación de los océanos repuntó por los desechos generados con instrumental médico e insumos relacionados a la prevención de contagios, como mascarillas, cubrebocas, guantes; tan solo en China, la basura plástica aumentó de 40 a 240 toneladas durante su curva más alta de contagios. Asimismo, una gran cantidad servicios de reciclaje a nivel mundial se encuentran en pausa, debido a las medidas de cuarentena y distanciamiento establecidas para combatir los contagios; esto dificulta el procesamiento de los desechos. Finalmente, los desechos de alimentos y basura orgánica aumentaron en aquellos países donde las restricciones de movilidad dificultaron los procesos de exportación, lo que produce gases de efecto invernadero.
Si bien existen estudios que apuntan a un mejoramiento en la calidad del aire por las restricciones de movilidad desde la cuarentena, con reducciones de dióxido de carbono y dióxido de nitrógeno de hasta 30% en 27 países, no es la primera advertencia sobre otras afectaciones al medio ambiente como consecuencia de la contingencia sanitaria.
Durante el fortalecimiento del distanciamiento social y las medidas de cuarentena, diversas instituciones de conservación de flora y fauna en el mundo reportaron un crecimiento en los casos de deforestación, minería ilegal y tráfico de especies por parte de grupos delictivos, quienes aprovecharon el entorno de baja vigilancia para cometer actos como la minería de oro en América Latina, según informó el activista venezolano y miembro del pueblo Wakuenai Kurripaco, Gregorio Maribal.
Las repercusiones ambientales de la contingencia sanitaria por Covid-19 tienen un factor social y geopolítico con precedentes claros en desigualdades preexistentes. Ante estas dificultades, iniciativas como Clean Air Fund (Fondo por Aire Limpio) piden a los gobiernos tomar medidas que consideren políticas de salud pública y ambientales en conjunto, sin omitir problemas en materia de derechos humanos.
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