
Foto: Patricia Manero (NotiPress/Composición)
La reciente imposición y posterior suspensión de un arancel del 25% a los automóviles importados desde México y Canadá por parte del gobierno de Donald Trump generó preocupación en la industria automotriz. La medida, anunciada como parte de su estrategia comercial, afecta directamente a fabricantes, distribuidores y consumidores en América del Norte, donde la integración productiva fue clave para el desarrollo del sector en las últimas décadas.
México y Canadá ensamblan anualmente alrededor de 5,3 millones de vehículos, de los cuales aproximadamente el 70 % se exporta a Estados Unidos. Con la nueva tarifa, las empresas que importan estos vehículos enfrentarán un incremento significativo en los costos, lo que podría repercutir en el precio final para los consumidores.
El impacto inmediato se podría reflejar en la rentabilidad de los fabricantes y en la reducción de incentivos comerciales. Mike Wall, director ejecutivo de análisis automotriz de S&P Global Mobility, advirtió que "un arancel del 25 por ciento es simplemente enorme en esta industria". Según los analistas, aunque los precios de venta no se incrementen de manera inmediata, sí podrían reducirse promociones y ofertas en concesionarios, afectando el acceso de los consumidores a vehículos nuevos.
S&P Global Mobility estima que el costo adicional de un vehículo de 25.000 dólares importado desde México o Canadá sería de 6.450 dólares, lo que podría modificar la demanda en el mercado. Los compradores podrían optar por vehículos de segunda mano o postergar la adquisición de un automóvil nuevo, afectando así las ventas del sector.
Empresas automotrices y cámaras comerciales manifestaron su inquietud ante la decisión de la administración Trump, antes del anuncio de la pausa de los aranceles contra México. La Cámara de Comercio y Tecnología de China expresó su "profunda preocupación ante la reciente declaración del presidente Donald Trump sobre la imposición de un arancel del 25% a los productos mexicanos". En su comunicado, la organización advirtió que estos impuestos impactarán sectores clave como la manufactura y la industria automotriz, elevando los costos y reduciendo la competitividad de las empresas en la región.
Los fabricantes de automóviles evitaron proporcionar detalles sobre sus estrategias de contingencia frente a estos aranceles. No obstante, Volkswagen reafirmó su postura a favor del libre comercio, señalando que "sigue siendo una firme defensora del comercio libre y justo". La compañía alemana aseguró que está "monitoreando la situación y planificando para varios escenarios", mientras espera una resolución sobre los aranceles en América del Norte.
Además del impacto en los vehículos de combustión interna, el sector de los autos eléctricos también podría verse afectado. El director ejecutivo de Rivian, RJ Scaringe, advirtió que los aranceles representan un desafío significativo para la industria de los vehículos eléctricos, ya que podrían encarecer componentes clave. A pesar de los incentivos a la fabricación nacional impulsados en años recientes, muchas empresas dependen de la importación de piezas esenciales para la producción de autos eléctricos.
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