
Foto: Axel Olivares (Composición/NotiPress)
Estados Unidos anunció nuevamente su salida de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), apenas dos años después de reincorporarse. Para esta oportunidad, la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, declaró que la organización promueve "causas sociales y culturales divisivas". También afirmó: "la aceptación de Palestina como miembro es altamente problemática, contraria a la política de Estados Unidos y contribuyó a la proliferación de la retórica antiisraelí dentro de la organización".
La entrada en vigor del nuevo retiro está prevista para diciembre de 2026. Esta decisión se produce luego de que la administración del presidente Joe Biden reincorporara al país en 2023, tras un período de ausencia iniciado en 2018 bajo el mandato de Donald Trump.
Con esta decisión, el país marca su tercer retiro de la organización. En octubre de 2017, el primer gobierno de Trump había justificado su salida por una "tendencia antiisraelí" y la necesidad de una reforma interna. La entonces directora general de la UNESCO, Irina Bokova, respondió: "Me gustaría recordarle al pueblo estadounidense que en la Lista del Patrimonio Mundial está la Estatua de la Libertad, que le da, no sólo a los estadounidenses, sino a todo el mundo, un mensaje muy intenso".
Israel apoyó esa retirada y decidió también abandonar la organización. El primer ministro Benjamín Netanyahu calificó la decisión de Estados Unidos como "valiente y moral" y afirmó que la UNESCO "se ha convertido en el teatro del absurdo, porque en lugar de preservar la historia, la distorsiona".
Anteriormente, Estados Unidos se retiró de la UNESCO en 1984, durante la presidencia de Ronald Reagan. El gobierno citó entonces una "alta politización", "hostilidad hacia las instituciones fundamentales de una sociedad libre", "expansión presupuestaria desenfrenada" y "deficiente gestión" bajo la dirección de Amadou-Mahtar M’Bow.
El regreso del país ocurrió en 2003, bajo la presidencia de George W. Bush. Para ese año, el Congreso autorizó 71.429 millones de dólares, incluyendo un pago especial de 5,5 millones al Fondo de Operaciones de la UNESCO. En ese momento, la participación financiera de Estados Unidos representaba el 22% del presupuesto total del organismo.
La inclusión de Palestina como miembro pleno en 2011 provocó que Estados Unidos e Israel suspendieran sus aportes financieros. En julio de 2017, la declaración del casco histórico de Hebrón como patrimonio mundial palestino profundizó las tensiones entre ambos países y la organización.
Actualmente, la participación financiera de Estados Unidos se redujo al 8% del presupuesto total. Diversos países incrementaron sus contribuciones para compensar la ausencia de los fondos estadounidenses.
Desde su fundación en 1946, la relación entre Estados Unidos y la UNESCO estuvo marcada por desacuerdos políticos, decisiones presupuestarias y posturas diplomáticas que derivaron en tres salidas oficiales del organismo.
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