
Foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
La Embajada de Estados Unidos en China prohibió a su personal y allegados con acceso confidencial mantener relaciones sentimentales o sexuales con ciudadanos chinos. Esta disposición, aplicada desde enero, representa una medida de seguridad nacional que responde al aumento de tensiones bilaterales en el terreno político, tecnológico y comercial.
El protocolo fue impulsado por Nicholas Burns, quien ocupaba el cargo de embajador estadounidense en Pekín al momento de la implementación. Según reportes de la agencia AP, el personal ya estaba obligado a reportar contactos personales con nacionales chinos; sin embargo, la nueva política establece una prohibición directa y generalizada. La normativa contempla excepciones para quienes mantuvieran relaciones previas, pero, en caso de que la exención no sea aprobada, deberán optar entre terminar el vínculo o abandonar su puesto.
También esta disposición extiende una normativa anterior que se aplicaba únicamente al personal de seguridad y asistencia chino en la sede diplomática y consulados de Estados Unidos dentro del país asiático. A partir de este 2025, la restricción incluye a toda la población civil de China, ampliando el alcance del control sobre la vida personal de los representantes diplomáticos norteamericanos.
Fuentes especializadas advierten que la medida responde a tácticas sistemáticas empleadas por los servicios de inteligencia chinos. Peter Mattis, exanalista de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), declaró a AP: "los servicios de seguridad nacional de China no dependen exclusivamente de espías profesionales" y señaló que ciudadanos comunes pueden ser coaccionados mediante presiones directas por parte del Estado. Este riesgo, explicó, se extiende a cualquier persona con vínculos sentimentales con funcionarios estadounidenses, debido a la posibilidad de chantajes o manipulación.
Igualmente, el endurecimiento normativo revela el nivel de desconfianza mutua entre ambas potencias. Además de los conflictos comerciales y las disputas tecnológicas en torno a empresas como Huawei y TikTok, las relaciones diplomáticas se han visto afectadas por una serie de incidentes relacionados con presunto espionaje. Esta nueva regulación se inscribe dentro de una estrategia preventiva para limitar filtraciones accidentales de información clasificada.
Quienes incumplan la norma enfrentarán la revocación de sus credenciales y deberán abandonar el territorio chino de inmediato. De esta manera, el Departamento de Estado refuerza la línea de seguridad institucional en uno de los escenarios geopolíticos más sensibles.
De este modo, la implementación de esta directriz también ha generado cuestionamientos sobre sus implicaciones éticas y personales. No obstante, el enfoque oficial subraya la necesidad de reducir cualquier exposición potencial frente a amenazas externas. Así, las relaciones personales se convierten en un componente estratégico dentro del marco de la diplomacia moderna.
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