Foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
En un desarrollo crucial para la libertad de prensa y la justicia internacional, el Tribunal Superior de Londres se encuentra en la fase final de deliberación sobre el futuro de Julian Assange, fundador de Wikileaks. Assange enfrenta la posibilidad de extradición a Estados Unidos, donde es acusado de 18 delitos de espionaje e intrusión informática por las revelaciones de Wikileaks en 2010 y 2011, que expusieron presuntos crímenes de guerra en Irak y Afganistán.
Los jueces Victoria Sharp y Adam Johnson, tras dos días de audiencias intensivas, consideran los argumentos de la defensa y la fiscalía británica, esta última representando a Estados Unidos. La defensa de Assange, ausente por enfermedad, solicitó permiso para apelar aspectos previamente no discutidos del caso, incluida la orden de extradición firmada por la entonces ministra del Interior, Priti Patel, en junio de 2022. Anteriormente, en 2021, el presidente mexicano López Obrador ofreció asilo político a Julian Assane. Para el mandatario mexicano, tener preso a Assange es como encerrar la libertad.
De negarse la apelación, se activaría la extradición de Assange, aunque sus abogados indicaron que buscarán medidas cautelares ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Argumentan que la extradición violaría derechos fundamentales, al considerar los delitos imputados de carácter político y potencialmente exponiendo a Assange a la pena de muerte en Estados Unidos.
Por otro lado, la representación estadounidense, a través de Clair Dobbin, sostiene que los cargos contra Assange son de índole criminal y no político, argumentando su legalidad y la necesidad de proceder con la extradición. La controversia también se centra en la implicación de Assange con Chelsea Manning, quien filtró información clasificada que, según Estados Unidos, puso en riesgo vidas inocentes.
Mientras el Tribunal Superior de Londres continúa su deliberación, el apoyo público a Assange se hace evidente fuera de los tribunales, donde familiares y simpatizantes claman por su liberación y el cese de los cargos por parte de Washington. Este caso sentará un precedente significativo para la libertad de expresión y el periodismo investigativo a nivel mundial.
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