Foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
Empresas tecnológicas y de defensa estadounidenses realizan aportaciones millonarias para construir un nuevo salón de baile en la Casa Blanca, durante el cierre parcial del gobierno federal. El proyecto, anunciado por la administración Trump, contempla la demolición del Ala Este y la edificación de un espacio de 90,000 pies cuadrados con capacidad para mil personas.
La Casa Blanca dio a conocer el 23 de octubre una lista de entidades que contribuyen financieramente a la obra, entre las que figuran Amazon, Apple, Google, Meta y Microsoft. También se encuentran compañías vinculadas al sector de defensa, como Palantir y Lockheed Martin, además de firmas de telecomunicaciones como Comcast y T-Mobile.
El presupuesto estimado para esta ampliación asciende a 250 millones de dólares. Según información oficial, el proyecto se costea mediante donaciones privadas, sin recurrir a fondos públicos. Este dato ha sido confirmado por la Casa Blanca, sin revelar cifras detalladas de cada contribuyente.
Dentro del grupo de patrocinadores se encuentra también la industria de las criptomonedas. Coinbase, Ripple, Tether America y los gemelos Winklevoss aparecen entre los donantes reportados.
Respecto a los montos aportados, la única cifra confirmada corresponde a Google, cuya contribución de 20 millones de dólares proviene de un acuerdo judicial relacionado con la suspensión de la cuenta del presidente Trump en YouTube, tras los eventos del 6 de enero de 2021. Consultada por TechCrunch, la empresa aún no ha precisado si ese importe representa el total de su participación en el financiamiento.
Desde el inicio del segundo mandato de Trump, se ha evidenciado un cambio en la relación entre su administración y diversas corporaciones tecnológicas. Durante su primera investidura, Meta no participó con aportaciones, mientras que en la segunda contribuyó con un millón de dólares. Amazon pasó de una donación inicial de 58,000 dólares a una de un millón en la reciente administración.
Igualmente, diversas compañías actualmente enfrentan procesos regulatorios o demandas antimonopolio, situación que podría coincidir temporalmente con sus aportaciones. Al mismo tiempo, la actual administración mantiene una postura menos intervencionista respecto a la aplicación de leyes antimonopolio en comparación con periodos anteriores.
Además del enfoque normativo, el gobierno liderado por Trump promueve iniciativas en inteligencia artificial. En julio de este año, presentó un plan nacional centrado en reducir trámites y canalizar fondos federales hacia centros de datos, infraestructura clave para el desarrollo de esta tecnología.
Este nuevo espacio en la Casa Blanca representa una de las ampliaciones más grandes en décadas. A pesar de la coyuntura fiscal por el cierre gubernamental, las obras continúan con apoyo exclusivo de capital privado, según los datos divulgados.
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