La situación de los apoyos estatales para combatir la pandemia en Estados Unidos

 12-09-2020
Patricio Contreras
   
Portada | Internacional
Foto: Wiki Commons

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Durante el mes de agosto 2020, demócratas y republicanos del congreso de Estados Unidos se vieron enfrentados en un batalla de realidades y prioridades distintas. Ello en la búsqueda de un acuerdo respecto a un segundo paquete de estímulos que sirva como continuidad para el Acta de ayuda, mitigación y seguridad económica para el coronavirus (CARES Act, por sus sigles en inglés), misma que inyectó 2.2 billones de dólares en programas de ayuda a la población. Las discusiones previas al "receso de agosto" no perduraron, y el jueves 10 de septiembre la facción demócrata bloqueó la más reciente propuesta del partido republicano, considerándola insuficiente.

Mientras tanto, con la llegada del plazo de término de la mayoría de los beneficios del CARES Act el 31 de julio de 2020, el presidente Donald Trump pretendió esquivar el conflicto del congreso aprobando una serie de órdenes ejecutivas el 8 de agosto de 2020. Las mismas comprenden exenciones de impuestos, ayuda semanal a desempleados, la prohibición de desalojos y prórrogas a las colegiaturas. Ello vino a aliviar temporalmente las preocupaciones económicas de un sector importante de la población de la unión americana, pese a que también resultan insuficientes a largo plazo. A continuación, Notipress da un resumen de los límites que han conllevado estas medidas y las perspectivas para el futuro de las discusiones en el congreso.

De la mano de la orden ejecutiva de Trump, trabajadores percibiendo menos de 4,000 dólares de sueldo en un periodo quincenal son acreedores de una exención tributaria del 6.2%, la cual alivia a los asalariados de cubrir la mitad de la cuota destinada a seguridad social que sus empleadores están obligados a proveer. Sin embargo, esta medida ha suscitado controversia, pues no hay garantías de que los patrones remitan ese 6.2% de exención fiscal a las manos de sus empleados.

A partir el 1 de septiembre de 2020, el Centro para el control y prevención de enfermedades (CDC) declaró como ilegal el desalojo de personas por el resto del año 2020. Los aplicantes deben cumplir con la expectativa de ganar menos de 99 mil dólares durante el año 2020 para hacerse acreedores de este beneficio que, no obstante, no contempla la exención del pago de la renta. La necesidad de expandir estos beneficios cobra sentido en vista de que un 40% de los habitantes de Estados Unidos se encuentran imposibilitados en el pago de la renta de sus hogares debido a la reducción de sus ingresos, según datos de la consultora Stout Risious Ross.

Sobre los cheques de ayuda al desempleo, la orden ejecutiva de Trump destina 400 dólares de apoyo semanal, de los cuales solo 300 son aportes del gobierno federal. Cien dólares tienen que ser proporcionados por cada estado, aunque solo Montana, Kentucky y Virginia del Este afirman tener fondos suficientes. A pesar de haberse reducido las tasas de desempleo de un 10.2% en julio a un 8.4% en agosto, según el sitio Trading Economics; al 5 de septiembre de 2020 aún se reportaron 884 mil peticiones de seguros por desempleo, de acuerdo con el Departamento del trabajo.

Los cheques de estímulos para las familias proveyeron con 1,200 dólares, en una sola exhibición, a 160 millones de personas durante los meses de marzo y abril de 2020. Pero aún esto se ha visto limitado, ya que 9 millones de personas no han podido reclamarlo. A pesar de que la aprobación de una segunda ola de cheques es uno de los puntos de encuentro más importantes en la discusión entre ambos partidos, la oportunidad de brindar esta ayuda se ha visto comprometida una vez más tras el desacuerdo vivido el pasado jueves 10 de septiembre, cuando la facción demócrata bloqueó la oferta republicana de 500 mil millones de dólares, menos de la mitad con respecto a los 1.3 billones ofertado en agosto.

En tanto los demócratas insisten en no aprobar menos de 2.2 billones de dólares para combatir la pandemia de Covid-19 en Estados Unidos, las propuestas republicanas se han separado de este compromiso por un margen cada vez más grande con respecto a los discutido en agosto. Mientras tanto, la respuesta limitada del ejecutivo revela la premura a la que está sujeto el congreso por dejar claras las perspectivas financieras de la población y proveer mayores apoyos estatales, pese a que las visiones entre ambos partidos sean sumamente disimilares y el futuro de la discusión aún sea incierto de cara a las próximas elecciones del 3 de noviembre.




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