Foto: Cortesía SRE
La canciller mexicana, Alicia Bárcena, participó en la sesión plenaria de clausura de la Cumbre para la Paz en Ucrania en Nidwalden, Suiza. Durante su intervención, la secretaria de Relaciones Exteriores destacó la necesidad de una solución integral y pacífica al conflicto en Ucrania, subrayando que la guerra representa una amenaza existencial no solo para Europa, sino para la comunidad global en su conjunto.
La canciller agradeció a la presidenta Viola Amherd y al consejero federal Ignazio Cassis por acoger la cumbre, y transmitió los saludos del presidente Andrés Manuel López Obrador de México. Bárcena expresó la preocupación de México por las consecuencias de la guerra, que afectan la seguridad alimentaria y energética, y reiteró el compromiso del país con los principios fundamentales de la Carta de Naciones Unidas y el derecho internacional.
Bárcena subrayó que México está en contra de las invasiones y agresiones violentas, incluidas las instalaciones diplomáticas. Destacó que, aunque se presentaron diversas iniciativas de paz, ninguna logró el apoyo internacional necesario para tener éxito. En cambio, se observó una escalada y un mayor despliegue de armamento, lo cual aumenta el sufrimiento de la población civil, especialmente de mujeres y niños.
México llamó reiteradamente a resolver el conflicto ruso-ucraniano mediante la negociación, la mediación, el diálogo y la diplomacia, abogando por menos armamentismo, expresó. La canciller recordó que México ha sido un líder en la lucha por el desarme y la seguridad nuclear, con el Tratado de Tlatelolco como un ejemplo destacado de estos esfuerzos.
Por parte de América Latina, Bárcena representó a México mientras otros presidentes latinoamericanos asistieron al encuentro por la Paz en Suiza, como Gabriel Boric de Chile, Javier Milei de Argentina, Daniel Noboa de Ecuador y Luis Abinader de República Dominicana.
La seguridad nuclear fue otro punto crucial abordado por Bárcena. Expresó su profunda preocupación por las amenazas nucleares en el contexto de la guerra en Ucrania y condenó cualquier amenaza de uso de armas nucleares. Hizo un llamado urgente para preservar la integridad de las instalaciones nucleares en Ucrania y subrayó la responsabilidad histórica de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad para defender la Carta de las Naciones Unidas.
Asimismo, Bárcena se refirió a la proliferación de armas en Europa y la necesidad de evitar que estas sean desviadas al mercado ilegal y utilizadas por actores no estatales en actos criminales. En su discurso de cierre, la canciller apoyó cuatro puntos clave: incluir a la Federación de Rusia en las discusiones de paz, poner el proceso de paz bajo el paraguas de las Naciones Unidas, considerar acuerdos negociados para generar confianza y seguir de cerca el trabajo de la Corte Penal Internacional en la investigación de ataques rusos a la infraestructura ucraniana.
De esta manera, la canciller concluyó que el mundo no puede soportar un conflicto prolongado y llamó a revisar el derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas para evitar situaciones similares a las de 1939. Además, se unió a Sudáfrica al señalar otras tragedias humanitarias, como la que ocurre en Gaza.
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