Ciudad de México,
Jorge Cerino
Crédito foto: Alan Cortés (NotiPress)
Las tensiones entre Rusia y Ucrania que comenzaron con la revolución de Euromaidán, en 2014, finalmente resultaron en una invasión militar rusa en territorio ucraniano el 24 de febrero de 2022. Como respuesta, Estados Unidos y países aliados anunciaron una serie de sanciones económicas, con el fin de dificultar las transacciones financieras de Rusia y presionar al gobierno ruso para salir de Ucrania. Según medios internacionales, este conjunto de sanciones impedirían a Rusia el acceso a gran parte de sus reservas de divisas internacionales, por un valor de 643 mil millones de dólares.
El anuncio de sanciones económicas comenzó con Estados Unidos, al anunciar el 24 de febrero el bloqueo de empresas estatales rusas de los mercados de deuda. También se decidió congelar los activos de Rusia en el país y el bloqueo de la mitad de las importaciones de alta tecnología, claves en la industria militar. Con motivo de la invasión a Ucrania, la administración del presidente Joe Biden también decidió limitar la capacidad de Rusia para hacer negocios en dólares, libras, euros y yenes. Igualmente impedir el acceso al sistema financiero estadounidense a los principales bancos rusos y emitir sanciones a las élites rusas y sus familias. Esta serie de acciones serán de ejecución conjunta con la Unión Europea, Canadá, Reino Unido, Japón y Australia.
Una segunda ronda de sanciones por las acciones bélicas de Rusia en Ucrania se anunciaron el 25 de febrero. La Unión Europea dispuso la sanción de altos cargos del gobierno ruso y su presidente Vladimir Putin. También se contempla amonestar a su Ministro de exteriores, Serguéi Lavrov, y los ministros del Consejo de seguridad y de la Duma. En este día también se anunció el cierre del espacio aéreo de Polonia, Bulgaria y República Checa a aviones rusos, decisión que ya se extendió al resto del espacio aéreo de la Unión Europea, Noruega y Canadá. Nueva Zelanda también prohibió la entrada al país de funcionarios rusos y personas asociadas a la invasión de Ucrania, así como la exportación de bienes al ejército ruso.
Aunque en principio se había dejado de lado la opción, el sábado 26 de febrero se anunció la exclusión de Rusia del sistema SWIFT (Sociedad para las Comunicaciones Interbancarias y Financieras Mundiales, en inglés). Se trata de la organización a cargo de la red internacional de comunicaciones financieras entre bancos y otras entidades financieras, por lo que se intenta impedir a Rusia realizar transacciones internacionales.
Esta nueva serie de sanciones también incluyó la prohibición de las cadenas estatales rusas Russian Today (RT), Sputnik y sus subsidiarias. Además, Noruega decidió deshacerse de sus holdings en empresas rusas y la Unión Europea anunció la prohibición de transacciones con el Banco Central de Rusia. Asimismo, en un movimiento sin precedentes, Suiza, un país históricamente neutral en los conflictos europeos, también anunció su adhesión a las sanciones de la Unión Europea contra Rusia.
La postura de Ucrania, como expresa a través de su Embajada en México, llama a cortar todos los lazos comerciales con Rusia. Considera, además, que hacer negocios con Rusia implica el financiamiento de agresiones, crímenes de guerra, desinformación, y ciberataques. Mientras Estados Unidos y sus aliados apuestan por la utilidad de sus sanciones, China se ha manifestado en contra. Según el país asiático, las medidas del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) deben ayudar a calmar la situación, en lugar de alimentar las tensiones.
Mientras tanto, Rusia y Ucrania llevan a cabo negociaciones, en un intento por dar una salida diplomática al conflicto bélico. En tanto esto sucede, la postura de los países que respaldan a Ucrania se mantiene firme en sostener sanciones económicas para conseguir el retroceso del gobierno de Putin. Adicionalmente, muchos de estos países apuestan por el envío de armamento y el financiamiento de las milicias ucranianas para repeler el avance ruso.