Foto: Wiki Commons
Durante la administración del presidente Donald Trump, la inmigración fue un tema polémico, incluso desde sus declaraciones como candidato en la elección de 2016. Su periodo como mandatario se caracterizó en este ámbito por implementar medidas draconianas contra la inmigración, la construcción del muro en la frontera con México y sus comentarios polarizantes. Por esta razón, existe gran interés por saber cuáles serán las políticas migratorias de la administración del presidente electo Joe Biden.
Hasta ahora, Biden se ha pronunciado en contra de las políticas migratorias de Trump y ha prometido derogar, a su llegada, las políticas de inmigración de la administración saliente. Durante su campaña, Biden prometió una reforma migratoria integral, con la que dará una hoja de ruta hacia la ciudadanía a cerca de 11 millones de inmigrantes viviendo actualmente en Estados Unidos.
Otra de sus promesas es conseguir el reconocimiento como estadounidenses de los llamados "Dreamers", o inmigrantes llegados desde la infancia, de forma oficial por el Congreso. Durante su mandato, Trump intentó en varias ocasiones derogar el Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), destinado a proteger a este sector.
Esta reforma también contempla invertir en tecnología inteligente para los puertos de entrada y agilizar el sistema de asilo, mediante la contratación de más jueces de inmigración y oficiales de asilo. También promete la revisión de cada decisión de la administración Trump respecto al estatus de protección temporal y revocar aquellas que no hayan considerado adecuadamente los hechos de su solicitud.
Biden también anunció su intención de extender este estatus de protección temporal a los venezolanos quienes busquen alivio de la crisis humanitaria del régimen del mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro. Aunado a este plan de reforma, Biden también contempla abordar las causas fundamentales de la migración en el Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, Honduras y El Salvador).
Esto mediante una estrategia integral que incluirá, entre otras cosas, la inversión de 4 mil millones de dólares para abordar los factores responsables de la migración desde Centroamérica. El objetivo es movilizar la inversión privada en la región, mejorar la seguridad y el estado de derecho, combatir la corrupción y abonar a la reducción de la pobreza y el desarrollo económico.
Tras su primera llamada telefónica con el mandatario de México, el equipo de Biden expresó en un comunicado su intención de trabajar con su homólogo Andrés Manuel López Obrador este tema. El comunicado menciona el deseo compartido de combatir las causas fundamentales de la migración en Honduras, El Salvador, Guatemala y el sur de México. Se mencionó también el compromiso de Biden para crear infraestructura y las capacidades regionales y fronterizas necesarias para un enfoque humano de la migración.
Ante la noticia de una nueva caravana migrante desde Centroamérica, el presidente López Obrador llamó en su conferencia matutina del 18 de enero a entablar diálogo con los migrantes. Aunque la intención de México es evitar el uso de la fuerza, la caravana ya ha enfrentado represión a su paso por Guatemala. Las autoridades policiales de ese país intentaron dispersar la caravana mediante el uso de palos y gases lacrimógenos, según reportan medios internacionales.
Con una situación crítica en cuestiones migratorias, las políticas migratorias de la administración Trump son insostenibles. Ante la llegada al poder de Joe Biden, se espera un enfoque distinto con base en sus promesas de campaña. No obstante, deberá demostrar que sus políticas migratorias son capaces de atacar el problema en su raíz y con un enfoque humanitario por sobre todas las cosas.
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