Ciudad de México,
Julia Alós
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Debido a la emergencia sanitaria por Covid-19, la economía a nivel mundial se paralizó, afectando principalmente a niñas y mujeres en el proceso. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), esta recesión masiva ocasionó que 1.6 millones de mexicanos perdieran su empleo, siendo el 84% mujeres. La problemática exige el planteamiento de un nuevo sistema que facilite la recuperación económica a partir de la participación equitativa en los múltiples sectores afectados.
A causa de la pandemia, las mujeres en México se han visto obligadas a enfrentar desafíos a nivel político, familiar, cultural, social y principalmente, económico. La situación actual extinguió las fuentes de ingreso de múltiples hogares, por lo cual muchas mujeres fueron afectadas desproporcionalmente por la reducción de horas de trabajo, despidos y quiebra.
Belén Sanz, representante en México de la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU-Mujeres), informó, 77% de los hombres cuentan con trabajo remunerado, mientras que solo 54% de las mujeres tienen esta posibilidad. Esto se debe a la normalización y perpetuación de la división sexual del trabajo, aclaró Marta Ferreyra, directora general de autonomía y empoderamiento para la igualdad sustantiva del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres). En este sentido, datos de IPSOS, empresa de investigación de mercados, revelan que tanto las labores domésticas como el cuidado de niños y adultos mayores, recayeron desmedidamente sobre las mujeres tras el inicio de pandemia.
Aprovechar la productividad y el potencial de las mujeres es un aspecto clave para promover un crecimiento económico sostenible, inclusivo y equilibrado con el cual se amortigüen los efectos de la pandemia. Es necesario centrar la atención y movilización de recursos a la paridad de género y al desarrollo de un sistema económico dinámico, explicó Saadia Zahidi, directora gerente del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés). Las inversiones en presupuestación con perspectiva de género, en el sector de cuidado y el acceso igualitario a permisos de ausencia para empleados de ambos géneros son ejemplos de iniciativas adecuadas. De igual forma, la creación de políticas para combatir la segregación ocupacional, atender la salud y combatir la violencia de género son fundamentales si se desea alcanzar la recuperación económica.
Para atender este fenómeno, Inmujeres propuso la idea de un sistema nacional de cuidados en México, con la intención de disolver la brecha económica de género. De esta manera, se pretende que las mujeres ocupen más espacios de los cuales han sido excluidas ante el sistema patriarcal reproducido culturalmente. Con este modelo, se busca entender el cuidado como una actividad cotidiana en la cual el Estado debe centrar su atención, pues se trata de un bien y derecho público. Asimismo, aspira a cultivar la autonomía económica de las mujeres, con la cual podrán liberar su tiempo y desarrollar su crecimiento laboral.
La implementación de esta clase de esfuerzos y políticas requieren la consideración de las contribuciones, restricciones y funciones de las mujeres en la economía. Solo así, las oportunidades para generar un modelo de recuperación económica sostenible podrán ser aprovechadas al máximo.